Rubén Limas
Me levanté muy temprano en la mañana, el equipo quirúrgico se había comprometido a realizar una cirugía de acetábulo en el Hospital Central de Valencia CHET, bien temprano. Camino al hospital, leía mis mensajes de WhatsApp y encontré uno bien interesante que me llamo la atención y leí atentamente. Era escrito por un compañero de Amazonas Tulio Gudiño, miembro de la dirección nacional de AD, Secretario Nacional de Pueblos Indígenas, que hacía mención al Día de la Resistencia Indígena, como se nos hizo llamarla a partir del 2002, cuando, además se anunciaron beneficios a nuestras tribus que nunca llegaron o al menos han sido insuficientes.
Tulio titulaba su escrito «A 20 años de celebrar el Día de la Resistencia Indígena en Venezuela». En su escrito hace mención de todas las expectativas que había creado todo el movimiento que llevo a sustituir el «Día de la Raza» por el «Día de la Resistencia Indígena» , y que hasta el sol de hoy se volvieron sal y agua, porque nuestros pueblos indígenas sigue «resistiendo» condiciones verdaderamente adversas.
Tomo a pie de puntillas lo escrito por nuestro compañero Tulio, por supuesto habiendo obtenido su autorización. Él nos dice en su escrito «Han transcurrido 20 años y los pueblos indígenas no se les ha otorgado los ansiados títulos de propiedad de sus tierras a pesar del mandato constitucional descrito en la disposición transitoria décimo segunda. Reivindicar a los pueblos indígenas pasa porque el estado venezolano le otorgue el título de sus tierras y eso pasó a ser un secreto de estado porque todo ese proceso se paralizó y nadie al menos los interesados no saben el status en que se encuentra las solicitudes. Han transcurrido 20 años y los indígenas resisten a una política de exterminio como el plan de desarrollo estratégico del gobierno denominado Arco Minero del Orinoco, que tendrá de todo menos de desarrollo y respeto para los pueblos y comunidades indígenas que se encuentran dentro de ese inmenso plan destructivo. Han transcurrido 20 años y los indígenas cada vez más ven sus territorios invadidos por cuerpos irregulares y paramilitares, la minería sin control provocando desplazamiento de esta población y el estado venezolano no cumple con su obligación de brindar protección y seguridad.
Han transcurrido 20 años y observamos a nuestros hermanos Waraos huyendo de la escasez de alimentos y formando parte de la diáspora de venezolanos en Brasil. 20 años han transcurrido y los indígenas resisten a la escasez de alimentos, medicinas, de medios de transporte» fin de la cita.
La gran verdad es que este gobierno se dedicó en buena parte a cambiarle el nombre a las cosas, para dejarlo igual o peor que como lo encontró.
El «Día de la Raza» ahora «Día de la Resistencia Indígena» no se escapó de esta treta oficialista, de hacernos creer que los pueblos indígenas tendrían una gran transformación, lo cual no sucedió.
Y por sí acaso algún lector desprevenido pudiera pensar que yo estoy dinamitando el hecho de haberle cambiado el nombre a la conmemoración del 12 de Octubre, señalo claramente, que esa fecha nunca debió llamarse “Día de la Raza» por el genocidio que se comentó contra nuestros indios en todo el continente americano, especialmente en Venezuela, además tampoco fue un descubrimiento ni nada de eso lo que sucedió.
Pero lo que sí debemos señalar con precisión quirúrgica, es la verdadera falta de voluntad política, para que nuestros pueblos indígenas puedan mejorar sus condiciones socio económicas. 530 años han trascurrido desde aquella fecha en 1492, y solo 20 de la nueva denominación sin que haya habido cambios significativos.
Seguimos en guayuco, por no decir en pañales ante las reivindicaciones a los pueblos indígenas de Venezuela.
Un hecho también significativo es mencionar lo que nuestro compañero Tulio nos dice «La resistencia en 20 años significa que el derecho que tienen los indígenas a elegir a sus representantes ante los cuerpos deliberantes de manera democrática mediante un voto universal directo y secreto es violentado imponiéndoles un sistema de elección de segundo grado que responda a sus usos y costumbres, lo cual es una gran mentira porque el sistema de elección en las comunidades indígenas no responden a este esquema que sólo sirve para beneficiar a la tendencia oficialista», fin de la cita. Claro esta esta práctica no es solo con los pueblos indígenas, también la aplican aquí en la ciudades con la elección de los Consejos Comunales, cuando los pierden Fundacomunal no los reconoce o los ignora.
Por ahora nos toca entonces juntos a nuestros indios «resistir hasta vencer».
Todos los días surgen mas razones para salir de este gobierno que se ha quedado en las promesas y los resultados están a la vista.
Gracias compañero Tulio por tan esclarecedor escrito de la realidad indígena de nuestro país.
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