Una subametralladora antigua alemana fue una de las armas con la que cinco delincuentes robaron a los clientes de un puesto de venta de perros calientes en los Valles del Tuy, estado Miranda.
El Pitazo
Así lo informó un funcionario del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) a El Pitazo, este 8 de febrero, al ser consultado sobre este asalto, que fue grabado por una cámara de seguridad y se viralizó.
Según el experto, este tipo de subametralladora no es utilizado por los organismos de seguridad del Estado venezolano. «En un tiempo, los grupos comando de la Policía Metropolitana (PM) utilizaron subametralladoras HK (Heckler & Koch) llamadas MP5, también fabricadas por una empresa alemana, pero el modelo que observamos en el video es muy viejo y me atrevo a asegurar que se asemeja a las utilizadas por los nazis», indicó.
El funcionario policial destacó que el arma del video tiene el cañón largo y muy fino «y, aquí en Venezuela, ningún ente policial o militar la usa».
Al ser consultado sobre cómo esa subametralladora puede estar en el país, el uniformado lo atribuyó al contrabando y acotó que los antisociales, además, llevaban una escopeta tipo pajiza y una pistola.
Cobro de vacuna
El asalto al puesto de venta de perros calientes ocurrió la noche del 3 de febrero en la urbanización El Ave María de San Francisco de Yare, en los Valles del Tuy, estado Miranda.
Ese día llegaron cinco hombres armados al tráiler y despojaron a los comensales de sus pertenencias, entre ellas, teléfonos celulares. También cargaron con un televisor Smart TV.
Al día siguiente, los antisociales enviaron un mensaje de voz por el grupo de WhatsApp de la comunidad, donde exigían el pago de una vacuna a los habitantes del urbanismo para no arremeter en su contra.
La acción originó el despliegue de 80 funcionarios policiales y militares en el conjunto habitacional; sin embargo, no lograron dar con los delincuentes, quienes regresaron el lunes, 6 de febrero, e intentaron irrumpir en una vivienda habitada por una adulta mayor.
La pronta reacción de los vecinos, quienes sonaron cacerolas, pitos y llamaron a la policía, ahuyentó a los antisociales. Desde entonces se mantienen en vigilia para cuidarse entre ellos.