Nada que celebrar de estos 25 años de destrucción y de 32 años de una intentona golpista fracasada a un gobierno electo democráticamente.
Hoy más que nunca, el pueblo de Venezuela, en su gran mayoría, está arrepentido de haberse puesto a buscar un “Vengador” como lo señalaba acertadamente nuestro presidente Carlos Andrés Pérez.
¿Dónde estaría Venezuela si en estos 25 años de dizque “revolución socialista” – en minúscula – se hubiesen aprovechado las riquezas naturales y humanas del país para haberla potenciado como “República” soberana e independiente? Pero no de esa trillada “soberanía” de la que habla este gobierno, sino de una verdadera “Soberanía económica, cultural, social, política y tecnológica”.
La narrativa oficialista le echa la culpa de la crisis a las “Sanciones”. ¡Falso de toda falsedad! Los culpables son ellos mismos: Resentimiento, odio, confrontación, expropiaciones, confiscaciones, despidos colectivos, colectivos agresores, colocación en cargos importantes de la administración pública a gente sin preparación, desprecio por la excelencia y el mérito; y el peor de todos: ¡La Corrupción! Este es el gobierno más corrupto de la historia política venezolana. No podemos olvidar que se despilfarraron los años dorados del precio del petróleo. Se destruyó sistemáticamente a una de las empresas más importantes del país: PDVSA, creada por los gobiernos adecos. La destruyó la excesiva politización y la corrupción. ¿Dónde está Rafael Ramírez? ¿Tarek El Aissami? ¿Y el dinero que se robaron? ¿Con ello se ha podido modernizar los hospitales y ambulatorios del país? ¿Y el Plan Bolívar 2000? ¿Y el Ferrocarril? ¿Y el metro de Valencia? ¿Y el dinero invertido en la crisis eléctrica en 2010? ¿Y el tráfico de influencias? ¿Y la extorsión? ¿O es que acaso, amigo lector, a Ud. no lo han extorsionado alguna vez instituciones públicas en Venezuela? Venezuela está entre los 20 países más corruptos del mundo. ¿Y eso es culpa de las sanciones? ¡NO! Es culpa de la corrupción y la impunidad. ¿Y Cadivi II, y sus 21 billones de dólares? ¿Y los Globos Aerostáticos? ¿Y los 800 mil dólares sin declarar de Antonini Wilson? ¿Y Luis Velásquez Alvaray, Eduardo Manuit? Solo por nombrar algunos que alcanza la memoria.
Por eso es que no debemos olvidar que éramos felices y no lo sabíamos. Había democracia, no perfecta, pero perfectible. Los “Rojos” destruyeron a este país, y los “Blancos” lo construyeron. Los venezolanos tenemos una tarea este 2024; una oportunidad de oro para salir del peor gobierno de toda la historia. Obliguemos a todos los candidatos a ponerse de acuerdo, a dejar sus egos y apetencias, para tener un solo candidato, un proyecto de gobernabilidad mínimo y una “Concertación Venezolana” que nos permita ganar rotundamente las elecciones presidenciales. Yo seguiré apostando a la Unidad. En AD tenemos un candidato suficientemente preparado, lo ponemos al alcance de la discusión y el análisis. Él es Luis Eduardo Martínez.
Rubén Limas Telles
