Argentina va a las urnas. Toda la población en edad y condición de votar está llamada a ejercer su derecho y deber, ya que en el país votar es obligatorio.
France 24
Las PASO serán la primera cita electoral nacional de los argentinos de este 2023. Pero ¿en qué consisten estas elecciones y qué definirán?
A continuación, los principales puntos a tener en cuenta para entender el funcionamiento de las PASO:
¿Qué son y para qué sirven las PASO?
Las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) son unos comicios que tienen dos funciones: definir quiénes serán los candidatos de cada partido político a los cargos de presidente, diputados y senadores. Es decir, las listas de cada partido, y hacer una criba para definir las formaciones políticas que podrán presentarse a las elecciones. Tienen que alcanzar al menos el 1,5 % de los votos válidos para posturlarse.
En las elecciones generales del próximo octubre, los ciudadanos eligen nuevo presidente y vicepresidente para los próximos cuatro años. Además, deciden sobre la composición del Poder Legislativo Nacional con la renovación de 130 escaños de la Cámara de Diputados y de un tercio del Senado, 24 de los 72 miembros. Las PASO definirán quiénes se podrán postular para ocupar todos esos cargos.
Las primarias definen, por ejemplo, quién se queda con cada postulación si hay dos aspirantes a un cargo. Por ejemplo, diputado o senador de un mismo partido. La población decide a cuál prefiere entre los dos a través de su voto.
Por tanto, los postulantes en las PASO son precandidatos y tras los resultados, los ganadores se convertirán en candidatos.
Se trata de elecciones primarias porque se definen los candidatos de cada partido, son abiertas porque los ciudadanos pueden votar a los candidatos de cualquier bancada política, estén o no afiliados. Son simultáneas porque se realizan el mismo domingo en todo el país y son obligatorias porque así lo define la normativa argentina para todos los ciudadanos empadronados. De no hacerlo, pueden enfrentar penalizaciones como multas.
Las PASO siempre se celebran dos meses y medio antes de las elecciones generales en Argentina. Este año, tienen lugar el segundo domingo de agosto porque los comicios generales se llevarán a cabo el cuarto domingo de octubre.
Mecanismo electoral: así funcionan las PASO
En el caso de las fórmulas presidenciales –presidente y vicepresidente— las que pueden competir en las elecciones generales son las que obtienen más votos en las PASO. Un claro ejemplo es el de Mauricio Macri y Gabriela Michetti en 2015, que se impusieron al binomio de Ricardo Sanz y Lucas Llach en la Alianza Cambiemos. Macri terminó siendo el presidente de la nación tras las elecciones generales.
Pero cuando se trata de las listas de diputados o senadores, la cosa se complejiza. Las listas para las elecciones generales resultan del reglamento interno de cada formación política. Por lo más habitual es utilizar el sistema D’Hondt de repartición proporcional, que se usa en otras partes del mundo como en España.
Para empezar, todas las listas que no superen el 3 % del padrón electoral quedan excluidas. Luego, el total de los votos válidos obtenidos se dividen entre las listas restantes de acuerdo a la cantidad de cargos por cubrir.
Por ejemplo, en la ciudad de Buenos Aires se renuevan 12 asientos –de los 130 de la Cámara de Diputados—. Todas las listas que quieran postular y superen el 3 % de los votos deberá tener al menos 12 precandidatos. Luego, según el sistema D’Hondt, se reparten los cargos entre los precandidatos. Es decir, los doce que logren las cifras más altas se convertirán en los candidatos del partido para las elecciones de octubre.
Las principales caras de estos comicios
Lo más visible de las PASO suelen ser los resultados que obtienen las fórmulas presidenciales, ya que se usan como un tipo de sondeo para las generales. Este 2023, se presentan 26 precandidatos a presidente de 15 formaciones políticas, alianzas y partidos.
Unión por la Patria, opción peronista y de izquierda, ha apostado por la fórmula Sergio Massa, ministro de Economía, y Agustín Rossi, jefe de gabinete del Gobierno, que competirán con Juan Grabois, líder social, y Paula Abal Medina, socióloga de profesión, para conseguir ser los candidatos presidenciales.
Las propuestas de Massa se basan en intentar enderezar la turbulenta economía argentina a través del «equilibrio fiscal, superávit comercial e instrumentos del Estado para el desarrollo con inclusión».
«Esas son mis cuatro premisas», remarcó Massa en un uno de sus mítines.
Por otra parte, en Juntos por el Cambio, la coalición de derechas, Patricia Bullrich, exministra de Seguridad, y Luis Petri, diputado de la Cámara, competirán frente a Horacio Rodríguez Larreta, alcalde de Buenos Aires, y Gerardo Morales, gobernador de Jujuy.
Horacio Rodríguez Larreta, uno de los favoritos de Juntos por el Cambio, ha basado su precampaña en combatir “los absurdos kirchneristas” y potenciar la inversión privada en Argentina.
También entrarán en el balotaje los diputados Myriam Bregman y Nicolás Del Caño, por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores Unidad (FIT-U), y Javier Milei, la opción de la extrema derecha La Libertad Avanza, junto a Victoria Villarruel como precandidata a la Vicepresidencia.
¿Por qué tanta polémica en torno a las PASO?
Innecesarias. Es cómo muchos se refieren a las PASO. Y es que estas elecciones a veces funcionan, pero otras veces no. ¿Por qué? En algunas ocasiones, los partidos o coaliciones políticas presentan varias fórmulas presidenciales, pero en otras, como ocurrió en 2019, no. En este caso, la única función de las PASO es definir qué partidos llegan a la cuota del 1,5 % de los votos para poder competir en los comicios generales.
Antes de las PASO los candidatos se decidían, como en la mayoría de los países, a través de métodos internos seleccionados por cada partido. Entre ellos, los congresos partidarios, los acuerdos de cúpulas o la decisión de las élites partidarias.
No obstante, en 2011 el peronismo promovió su creación para garantizar el amparo nacional en las competencias internas de cada bancada. Es decir, que la ley pudiera garantizar unas primarias “más justas”.