El verano tiene muchos beneficios para nuestro organismo y para nuestro cerebro. A más horas de sol, mayor producción de serotonina, lo que afecta positivamente a nuestro estado de ánimo.
Con información de El Nacional
La luz solar estimula la producción de la conocida como «vitamina del sol», la vitamina D, que tiene múltiples beneficios para la salud.
Pero no todo son alegrías: hay un límite de calor a partir del cual nuestro cerebro no funciona correctamente: los 40℃.
Los seres humanos somos homeotermos. Es decir, gracias a nuestro hipotálamo -la región del cerebro que regula la temperatura- somos capaces de mantener una temperatura constante de unos 37 ℃, independientemente de la temperatura ambiental.
Pero cuando nuestro cuerpo alcanza temperaturas por encima de los 40 ℃, el hipotálamo deja de funcionar correctamente y no controla nuestro sistema natural de enfriamiento, la transpiración (el sudor).
Es entonces cuando podemos sufrir un golpe de calor.