Manuel Barreto
El aspecto más peligroso del periodismo y, en realidad, la verdadera esencia de la profesión consiste en indagar, descubrir y dar a conocer información que alguien o algunos, no desea que se publique, o como escuchamos en cierta ocasión, el periodismo es brindar un punto de vista que alguien se esmera en ocultar.
Por consiguiente, cuando un periodista se aproxima a la verdad, aparecen primero las advertencias, luego las amenazas y por último la muerte. Los periodistas tienen que andar con sumo cuidado cada emprenden su noble labor… y lamentablemente, estar dispuestos a pagar las consecuencias. Con cuánta razón escribía Albert Camus en plena guerra acerca de la libertad de prensa… “Es solo una cara más de la libertad tout court”, y la obstinación en defenderla obedece a que, sin ella no habrá forma de ganar realmente la guerra. … No es hoy saber cómo preservar la libertad de prensa. Es la de buscar cómo, ante la supresión de esas libertades, un periodista puede mantenerse libre. El problema no concierne a la colectividad. Concierne al individuo… Un periodista no se desespera y lucha por lo que cree verdadero como si su acción pudiera influir en el curso de los acontecimientos. No publica nada que pueda excitar el odio o provocar desesperanza. Todo eso está en su poder…”
Vaya entonces, en su Día, nuestro sincero respeto y consideración a nuestros apreciados Comunicadores, quienes han hecho de su profesión una herramienta para apuntalar la verdad y un arma muy poderosa contra el despotismo y la tiranía.