sábado, marzo 15, 2025
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¿Hacer ejercicio puede ayudar a disminuir las posibilidades de sufrir cáncer?

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El cáncer es la principal causa de muerte en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). De hecho, solo en el año 2020 se le atribuyó a esta enfermedad alrededor de 10 millones de defunciones.

Con respecto a las causas del cáncer, este se produce cuando las células normales se transforman en tumorales. El proceso consta de varias etapas, suele consistir en la progresión de una lesión precancerosa a un tumor maligno.

Esas alteraciones son el resultado de la interacción entre factores genéticos de la persona afectada y tres categorías de agentes externos:

  • Carcinógenos físicos, como las radiaciones ultravioletas e ionizantes.
  • Carcinógenos químicos, como el amianto, sustancias contenidas en el humo de tabaco, las aflatoxinas que contaminan los alimentos y el arsénico presente en el agua de bebida.
  • Carcinógenos biológicos, como determinados virus, bacterias y parásitos.

La OMS destacó que algunos de los factores de riesgo que aumentan la probabilidad de padecer esta enfermedad son: el consumo de tabaco y de alcohol, la alimentación poco saludable, la inactividad física y la contaminación del aire.

¿La actividad física ayuda a prevenir el cáncer?

Un dato a resaltar es que la inactividad física y el sedentarismo configuran un factor de riesgo no solo para desarrollar el cáncer, sino también otras enfermedades no transmisibles. En ese orden de ideas, vale preguntarse si el ejercicio funciona como prevención.

La investigación indicó que para la mayoría de las personas el ejercicio es una actividad segura. Además, es útil realizarlo antes, durante y después del tratamiento contra el cáncer.

“La actividad física puede que también le ayude a sobrellevar los efectos secundarios y posiblemente a reducir su riesgo de que el cáncer llegara a regresar en un futuro”, agrega la Sociedad Americana contra el Cáncer.

Los efectos del ejercicio resultan de gran beneficio para el individuo, no solo con el objetivo de prevenir el desarrollo del cáncer. También ayuda en el marco del tratamiento contra la enfermedad o tras haberla superado. Por ejemplo:

  • Fomenta el funcionamiento tanto del cuerpo como del cerebro.
  • Reduce la sensación de cansancio o fatiga.
  • Ayuda a disminuir la depresión y ansiedad.
  • Podría ayudar a dormir mejor.
  • Mantiene o mejora la habilidad física para poder hacer las cosas.
  • Mejora la fuerza muscular, la salud ósea y el rango de movimiento.
  • Fortalece el sistema inmunitario
  • Aumenta el apetito.
  • Ayuda a lograr y mantener un peso saludable.
  • Puede que ayude a contrarrestar el linfedema relacionado con el cáncer de seno, sin incrementar el riesgo.
  • Reduce la probabilidad de que ciertos tipos de cáncer regresen.
  • Mejora la calidad de vida.
  • Reduce los efectos secundarios del tratamiento.

En síntesis, la actividad física no solo está recomendada para las personas sanas o que, en el momento, no presentan ningún problema de salud. La investigación médica demostró que el ejercicio es de gran beneficio para quienes reciben tratamiento contra el cáncer o que lo padecieron en el pasado. Por supuesto, la orientación de un médico siempre será lo más aconsejable.

¿Cómo reducir el riesgo de padecer cáncer?

El cáncer es una enfermedad impredecible; no hay manera de anticiparse y garantizar en un cien por ciento que no se padecerá. No obstante, la OMS comparte algunos hábitos que pueden reducir el riesgo:

  • No consumir tabaco.
  • Mantener un peso corporal saludable.
  • Llevar una alimentación saludable que incluya frutas y hortalizas.
  • Realizar actividad física con regularidad.
  • Evitar o reducir el consumo de alcohol.
  • Vacunarse contra el papilomavirus humano y la hepatitis B en caso de pertenecer a los grupos en los que se recomienda esta intervención.
  • Evitar la radiación ultravioleta (principalmente, por la exposición al sol y en los aparatos de bronceado artificial) o protegiéndose de la luz solar.
  • Hacer un uso seguro y adecuado de las radiaciones en la atención de salud.
  • Minimizar la exposición ocupacional a las radiaciones ionizantes.
  • Reducir la exposición a la contaminación del aire exterior e interior.

Los tipos de cáncer más comunes son el de mama, de pulmón, colorrectal, de próstata, de piel y el gástrico, aunque existen otros que también pueden resultar de gravedad.

Con información de Semana

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