Más de 70 venezolanos están desaparecidos en la peligrosa selva del Darién, que conecta a Colombia y Panamá, denunciaron sus familiares. La información fue publicada en la cuenta de Chamos Noticias Panamá, dirigida por el reportero Roberto Bermúdez, que le ha hecho seguimiento a la situación de los migrantes en ese país.
Con información de El Nacional
En un grupo de WhatsApp familiares y amigos han reportado la pérdida de comunicación con sus allegados. Esperan conseguirlos utilizando las plataformas digitales para intentar establecer un contacto o saber qué les ocurrió.
“Estos migrantes aún se encuentran en la selva del Darién. No han llegado al albergue de la ONU en San Vicente, en Panamá, lugar donde hay comunicación”, señaló.
El tiempo para cruzar la selva varía según las condiciones climáticas y las posibilidades de los propios migrantes. En un reportaje del medio digital Todo Noticias, la periodista Carolina Amoroso conversó con una familia de venezolanos: un hombre y una mujer que caminaban con sus dos pequeños hijos. Estimaron un tiempo de, al menos, 10 días para avanzar con tranquilidad, considerando que llevaban con ellos a los niños.
Cuatro venezolanos muertos
David Smolansky informó en días pasados la muerte de cuatro venezolanos que intentaron cruzar el Darién. “En la última semana hemos confirmado el fallecimiento de cuatro migrantes venezolanos en la selva del Darién y una refugiada en la frontera de Bolivia con Chile”, afirmó en su cuenta de Twitter.
Smolansky indicó a la agencia de noticias Efe que confirmó esa información verificando con autoridades, sociedad civil y periodistas a través de una oficina de la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos para la crisis de migrantes venezolanos, que se encarga de coordinar.
Explicó que los fallecidos en el Darién, entre los que hay una menor de edad y un funcionario policial, provenían de los estados venezolanos de Mérida, Falcón y Carabobo.
La cifra de víctimas, sin embargo, pudiera ser más alta.
Este año han atravesado la selva, el infierno como lo describen sus sobrevivientes, más de 46.000 migrantes irregulares, la mayoría haitianos y venezolanos, que viajan hacia Estados Unidos o Canadá por mejores condiciones de vida.