Italia atraviesa desde hace meses un periodo de sequía especialmente notable en las regiones del norte y en sus islas que despierta una «gran preocupación» entre los expertos y los agricultores ante la llegada del próximo verano.
EFE
El Instituto Superior italiano para la Protección y el Estudio del Medioambiente (Ispra, en italiano) apunta que la tendencia de las precipitaciones en los últimos meses, tanto de lluvia como de nieve, es comparable a la «gran sequía» de 2017.
Un tercio menos de lluvia
«Si en el mes de abril no se registran precipitaciones relevantes tendremos un déficit considerable de recursos hidrológicos», alertó este organismo del Ministerio de la Transición Ecológica.
El problema es que el invierno ha dejado un tercio menos de lluvia y esta situación se agrava en el norte, donde las precipitaciones han sido la mitad, según un estudio de la asociación de agricultores publicado hoy, Día Mundial del Agua de las Naciones Unidas.
Preocupa especialmente la cuenca del río Po, que atraviesa toda la Italia septentrional para desembocar en el mar Adriático, y que en algunos puntos su nivel está en mínimos de hace treinta años, pero también algunos lagos, como el de Como o Maggiore, en Lombardía.
La sequía ha llegado también a Venecia, donde se prevé que mañana la marea baje en 50 centímetros el nivel del agua de la laguna y la empresa de transporte público ha tenido que cambiar temporalmente algunas rutas porque varios canales no son navegables.
La organización de agricultores italianos Confagricoltura expresó en un comunicado su «gran preocupación» por la situación actual.
«La agricultura ya empieza a notar los efectos de la sequía en un momento en el que es llamada a hacer frente a la actual emergencia con el aumento de la productividad», lamentó.