La socialité y empresaria Kim Kardashian impactó a todos en la Met Gala, donde usó el vestido que la recordada Marilyn Monroe llevó puesto para el cumpleaños de John F. Kennedy en 1962.
Caraota Digital
Kim pagó 4,8 millones de dólares en el museo Ripley’s, siendo el vestido más caro jamás vendido en una subasta.
Al tratarse de una pieza de museo, el vestido no se podía modificar, por lo que detrás de todo ese glamour hubo un gran sacrificio que debió hacer a pocas semanas del gran evento.
Ejercicios exigentes, trajes especiales y una dieta muy estricta fue lo que debió hacer para tener una figura con siete kilos menos y lucir el ajustado traje de Monroe.
Kim Kardashian debió eliminar por completo los azúcares y los carbohidratos, pero manteniendo en su alimentación proteínas y vegetales.
“Me ponía un traje de sauna dos veces al día, corría en la cinta, me quité por completo el azúcar y los carbohidratos y solo comía verduras y proteínas sanas”, contó a la periodista Chioma Nnadi mientras se decoloraba el pelo.
Al regresar al hotel dijo: «Chicos, no he tomado carbohidratos o azúcar durante casi un mes. Tres semanas seguro. Esta pizza… ¡Estoy tan emocionada». Kim, quien se dio banquete a base de pequeñas rosquillas glaseadas y porciones del famoso plato italiano después de quitarse el diseño del «Happy birthday Mr. President», según Hola!.
Para esta edición la celebridad lució un cabello totalmente platino, acorde con su look al estilo Marilyn Monroe.
Muchos críticaron su paso por el evento porque algunos lo consideraron muy extremo. Al punto que casi no podía caminar con el famoso vestido.
Sin embargo, ella se mostró feliz y alardeó de tener en su poder una pieza de tantos años, que le perteneció a una de las grandes de la industria del entretenimiento.
Kim reveló en la edición estadounidense de Vogue en septiembre, tras su paso por Met Gala cubierta de pies a cabeza por el diseño de Balenciaga, que se le ocurrió que llevaría el vestido de Marilyn Monroe en la siguiente edición.
