La pobreza, la emigración y la violencia intrafamiliar son parte del abanico de factores que hacen cada vez más vulnerable a la infancia venezolana y que ponen en alerta a los defensores de los derechos de la niñez.
Con información de Versión Final
En un trabajo publicado por la periodista Adriana Núñez Rabascall, para La Voz de América, el abogado Leonardo Rodríguez, exdirector de la red de casas de abrigo Don Bosco, precisó que “el incremento de solicitudes para ingresar a una casa hogar ha aumentado 70% en los últimos dos años, frente a un decrecimiento de la cantidad de casas hogares”.
“Se ha incrementado de manera importante el tema del abandono, abandono en vía pública o abandono hospitalario. Nos están llegando muchos casos por maltrato y, lamentablemente también, muchos casos de abuso sexual», señala Dayany Sánchez, directora legal de la red de casas de abrigo Hogar Bambi, dedicada a la protección infantil desde hace 25 años.
Hogar Bambi cobija a unos 100 niños y adolescentes vulnerables, pero las donaciones llegan a cuentagotas.
Desafortunadamente, al ser más difícil la realidad con la que nos llegan los niños, evidentemente, la inversión que se requiere hacer es de especialistas. Hay muchos temas de desnutrición, llegan con secuelas de salud integral. Requieren de mayor abordaje. Ese abordaje es costoso. Necesitan exámenes de laboratorio, dieta especial, atención por psicología o psiquiatría, y esa es una inversión demasiado elevada», apunta Sánchez.
Hasta hace unos años, la casa Hogar Domingo Savio, en Caracas, abrigaba a 31 niños, pero hoy solo puede recibir a la mitad.
«Hemos tenido la pérdida de bastantes donantes que se fueron. Empresas y amigos que se han ido del país y que nos apoyaban con comida, con cualquier necesidad, porque la casa hogar se sostiene de la caridad», lamenta Luisa Astudillo, quien administra el lugar desde hace 14 años.
Los ingresos que manejan son insuficientes para mantener la infraestructura. A pesar de la pulcritud del lugar, los baños necesitan reparaciones y el transporte para movilizar a los niños a clases o a recrearse está averiado desde hace meses.
No solamente comen, no solamente se visten, hay que atenderles la parte emocional, vienen de situaciones bastante complicadas, han pasado por cosas de su vida. ¡Son niños! Son niños pequeños que tienen que ir avanzando y hacerles ver que tienen oportunidad de salir adelante”, sentencia Astudillo.