lunes, abril 28, 2025
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Cardiólogos alertan de variables que propician enfermedades y atacan al corazón 

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Según tres estudios que se presentaron ante el Congreso Europeo de Cardiología (ESC-2022) en España, el clima extremo, fumar y no dormir bien propician enfermedades que atacan al corazón, también el sedentarismo, colesterol e hipertensión ocasionan estas complicaciones de salud.

La Patilla

El primer estudio, presentado por el cardiólogo del Instituto Nacional de Salud y Medicina de Francia Aboubakari Nambiema, demostró que quienes duermen mejor tienen un menor riesgo de enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular, aunque nueve de cada diez personas no duermen bien.

El estudio estableció que “el sueño subóptimo” está asociado con una mayor probabilidad de enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular, según Nambiema.

“La importancia de la calidad y cantidad del sueño para la salud del corazón debe enseñarse temprano en la vida, cuando se establecen comportamientos saludables. Minimizar el ruido nocturno y el estrés en el trabajo ayudan a mejorar el sueño”, explicó el cardiólogo.

El estudio utilizó una puntuación de sueño saludable combinando cinco hábitos de sueño para estudiar los casos de 7.200 voluntarios, hombres y mujeres, de entre 50 y 75 años y libres de enfermedades cardiovasculares, reclutados entre 2008 y 2011.

Los participantes se sometieron a un examen físico y cuestionarios sobre estilo de vida, historial médico personal y familiar y hábitos de sueño.

Los que más puntuación obtuvieron dormían de 7 a 8 horas por la noche, nunca o rara vez tenían insomnio, sin somnolencia diurna, ausencia de apneas y eran madrugadores. Luego, los investigadores verificaron incidentes de enfermedad coronaria en los participantes cada dos años durante una década.

Al inicio del estudio, el 10 % de los participantes tenía una puntuación de sueño óptima y el 8 % tenía una puntuación deficiente, y durante un seguimiento medio de ocho años, 274 participantes desarrollaron una enfermedad coronaria o accidente cerebrovascular.

El resultado del estudio es que el riesgo de enfermedad coronaria y accidente cerebrovascular disminuyó un 22% por cada aumento de 1 punto en la puntuación del sueño al inicio del estudio y que los que tenían más puntuación tenían un 75% menos de riesgo de sufrir del corazón.

“Nuestro estudio ha revelado que se necesita mayor conciencia sobre la importancia de dormir bien para mantener un corazón sano”, ha concluido Nambiema.

Fumar ataca el corazón

Otro estudio presentado en el congreso confirmó que fumar e inhalar humo empeoran el impacto de los ataques cardíacos y que el riesgo de muerte o mal pronóstico tras un infarto es 20 veces mayor en fumadores con niveles de monóxido de carbono exhalado superiores a 13 ppm (partes por millón).

“La cantidad de monóxido de carbono en el aliento está directamente relacionada con los cigarrillos que se consumen y también con cómo se fuma”, señaló el investigador Patrick Henry, del Hospital Lariboisiere de París (Francia).

“Las personas pueden inhalar humo profundamente o no inhalar nada, y pueden fumar cigarrillos de principio a fin o dejar que los cigarrillos se consuman en el cenicero. También la ubicación donde se fuma juega un papel crucial; fumar en una habitación pequeña y sin ventilación aumenta la concentración de monóxido de carbono en comparación con fumar en el exterior”, aclaró.

“Los pacientes con eventos cardíacos agudos como ataques al corazón tienen oxígeno insuficiente en sus arterias coronarias. Si parte del oxígeno es reemplazado por monóxido de carbono, el evento puede ser más severo”, explicó Henry.

Cambio climático coronario

Un tercer estudio presentado en el congreso demostró que el cambio climático también tiene consecuencias para el corazón, tras analizar datos de casi 2,3 millones de europeos en los que han visto que tanto el clima cálido como el frío se relaciona con un exceso de muertes por enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares si padecen afecciones cardíacas.

El autor del estudio, Stefan Agewall, de la Universidad de Oslo (Noruega), recordó que “durante el verano de 2003 hubo un exceso de 70.000 muertes en Europa por las olas de calor, aunque el clima frío también causa exceso de muertes y hospitalizaciones”.

El análisis incluyó a 2,28 millones de adultos de cohortes de Italia, Alemania, Reino Unido, Noruega y Suecia entre 1994 y 2010, con edades de entre 49 y 72 años.

Los investigadores registraron las enfermedades cardiovasculares de los participantes, contaron registros de defunciones e hicieron encuestas de seguimiento que cruzaron con datos de temperatura de estaciones meteorológicas locales.

Así encontraron mayores riesgos de muerte por enfermedad cardiovascular en general y cardiopatía isquémica en particular, asociada con clima frío: un 19% más casos si la temperatura caía de 10ºC a -5ºC.

“La relación entre temperaturas frías y muertes fue más pronunciada en hombres y personas de barrios con nivel socioeconómico bajo, y resfriados y cardiopatía isquémica de nueva aparición fueron más entre mujeres y mayores de 65 años”, destacó Agewall.

El estudio también ha constatado que un aumento de la temperatura eleva un 25% el riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular o ictus en personas con enfermedades cardíacas.

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