José Gabriel Velásquez Colina
En los últimos años todos los géneros cinematográficos han tenido sus propias evoluciones, sin embargo, el caso del género del terror destaca entre todos, especialmente en los círculos de los especialistas del séptimo arte y el espectador común; ya sea porque los nuevos films son considerados inferiores en comparación con sus predecesores, o porque independientemente de su calidad, no cumplen con el propósito primario del género: Que es el provocar miedo en la audiencia.
Claro que en la amplia gama del terror como género cinematográfico, seria ignorante “meter todo en un mismo saco”, como dice la expresión, debido a que el género del terror es tan amplio como los mismos miedos de la humanidad, ejemplo de ello son los sub-géneros que gozan de gran popularidad, como el slasher, el terror biológico, paranormal y de monstruos.
Haciendo una breve explicación u/o recordatorio; el subgénero slasher es aquel donde los protagonistas, en su extrema mayoría adolescentes, son hostigados, y posteriormente ejecutados, por un asesino serial o enmascarado. En el terror biológico, las películas se enfocan en el sufrimiento del cuerpo humano como forma de generar miedo; los filmes paranormales y de monstruos consisten en historias donde las figuras antagónicas son representadas en seres diabólicos fuera de los límites y reglas de la realidad.
A lo largo de la historia del cine, el género del terror ha experimentado tendencias de predominio, específicamente con respecto a sus sub-géneros. Esto quiere decir que han existido décadas donde subgéneros han dominado el género por un determinado periodo de tiempo.
En los años 30 y 40, Universal Pictures dominó la palestra del terror con films como Dracula (1931) de Tod Browning y Karl Freund, Frankenstein (1931) de James Whale, The Raven/El Cuervo (1935) de Lew Landers, y The Wolf Man/El Hombre Lobo (1941) de George Waggner. En la actualidad el sub-genero de monstruos no es de los más aprovechados, con la excepción de los films de aliens y zombies cuyos orígenes datan desde finales de los 70, con cintas como Alien (1979) de Ridley Scott, y Dawn of the Living Dead/El Amanecer de los Muertos Vivientes (1978) de George Romero.
De la década de los 70 a los 90, el slasher domino el terror, con cintas de renombre como The Texas Chainsaw Massacre/La Masacre de Texas (1974) de Tobe Hopper, Halloween (1978) de John Carpenter, A Nightmare on Elm Street/Pesadilla en la Calle del Infierno (1984) de Wes Craven, Friday the 13th/Viernes 13 (1980) de Sean S. Cunningham y Scream/Grita antes de morir (1996) de Wes Craven.
A mediados de los 90, el sub-genero paranormal comenzó a dar sus primeros pasos para consolidar un dominio en el cine de terror el cual muchos especialistas afirman continua hasta la fecha, con películas referentes como Final Destination/Destino Final (2000) de James Wong, Paranormal Activity/Actividad Paranormal (2007) de Oren Peli, Insidious/La Noche del Demonio (2010) de James Wan, Sinister/Siniestro (2012) de Scott Derrickson y The Conjuring/El Conjuro (2013) de James Wan.
En la actualidad, se cree que estamos viviendo el amanecer de una nueva era de apogeo para el género: El terror antropológico, con cintas como Hereditary/El Legado del Diablo (2018) de Ari Aster, The Green Inferno/El Infierno Verde (2015) de Eli Roth, The Witch/La Bruja (2015) de Robert Eggers y Midsommar/Midsommar: El terror no espera la noche (2019) de Ari Aster como grandes producciones referentes del subgénero.
Todas las películas ya mencionadas son calificadas tanto por la crítica especializada como por la fanaticada del género del terror como obras representativas del mismo, así que, como se puede observar hay periodos de la historia del género donde un subgénero ha dominado la palestra por un periodo de tiempo. Tomando en cuenta que cada era cuenta con cintas de renombre, ¿por qué se habla de la decadencia del genero del terror?
Al comparar las distintas eras de apogeo del género del terror, para entender si existe algún elemento que permita identificar un rasgo de superioridad entre todos, es indispensable examinar la estética de los films. La narrativa y el montaje de los mismos no pueden ser objeto de comparación por la naturaleza única de cada película, mientras que la estética sí, porque obedece a unas reglas implícitas del género de las que solo los especialistas y cineastas se percatan.
Durante la era del terror monstruoso, las películas se caracterizaban por poseer un ambiente gótico y carente de escenas sangrientas. En la era del slasher, las cintas apostaban por una mayor cantidad de sangre en pantalla, lo que sería la base para el sub-genero del Gore en décadas venideras. Finalmente, la era del terror paranormal, se caracteriza por apostar a un ambiente de suspenso en reemplazo del gore con una mayor carga de información metafísica.
Está claro que existen tendencias de dominio de algunos sub-géneros del terror en diversos periodos de tiempo, con films con un estilo estético propio, pero obedeciendo a las tendencias del momento.
Gustos aparte, cada era de apogeo del terror ha traído buenas y malas películas, es algo que no se puede evitar en ningún género cinematográfico. Es por eso que es ridículo que se hable de una decadencia del género del terror cuando nuevas cintas del mismo son reconocidas como obras referentes por la crítica y fanaticada especializada.
Si de algo se puede decir que ha disminuido, es la capacidad de las películas de provocar el terror en la gran mayoría de sus espectadores, sin embargo, esto no se debe a la baja calidad de las nuevas producciones, sino al excelente trabajo de obras anteriores que han logrado desensibilizar a la audiencia contra el género.
No se deben juzgar enteramente las películas, mucho menos los géneros cinematográficos, por lo que les hacen sentir, sino por la calidad de la narrativa y producción de la cinta. Es la forma más justa de apreciar el trabajo artístico de múltiples individuos en una sola obra.