viernes, marzo 14, 2025
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Conozca el peligro del acetaminofén en el embarazo

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El paracetamol, también conocido como acetaminofén en otros países, es uno de los medicamentos más utilizados para aliviar el dolor. Tan solo más de la mitad de mujeres en el mundo, de acuerdo con el medio El Español, lo han utilizado en especial cuando han estado embarazadas.

No obstante, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) solo recomienda «la dosis más baja durante el menor tiempo posible».

La evidencia científica más reciente apunta a que la exposición del feto en gestación a este analgésico tiene más consecuencias de las reconocidas hasta ahora. El año pasado, médicos estadounidenses y europeos publicaban una declaración de consenso en la revista Nature llamando a la precaución en el uso del paracetamol durante el embarazo.

Entre los efectos secundarios observados se apuntaba el aumento del riesgo de criptorquidia (testículos que no descienden hasta el escroto) o de desarrollo precoz de la pubertad femenina.

Otros posibles problemas para los hijos ligados al consumo de paracetamol por parte de sus madres englobarían los trastornos por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), así como retrasos en el desarrollo del lenguaje y un menor cociente intelectual.

Nuevos estudios hallados

Ahora, un estudio publicado en PLOS ONE a cargo de investigadores de la Universidad de Pennsylvania (EEUU) confirma este extremo: los niños expuestos a este fármaco durante la gestación pueden sufrir más trastornos del sueño en sus primeros tres años de vida, lo que afecta a su maduración cognitiva, y mayores trastornos neuroconductuales como los ligados a la hiperactividad.

Para llegar a esta conclusión, los investigadores recurrieron a los datos recopilados en el marco del ‘First Baby Study’, un estudio prospectivo de cohorte realizado en la propia Pensilvania con 2.423 parejas madre-hijo/a.

Las mujeres informaron sobre las medicaciones tomadas y completaron un inventario de estrés prenatal en el tercer trimestre. En el caso de los niños, se diagnosticaron los posibles trastornos del comportamiento al cumplir tres años mediante las escalas de la ‘Child Behavior Checklist’ (CBCL).

Los principales factores detonantes de trastornos en la infancia, pero, no tenían que ver con el paracetamol: haber sufrido un embarazo de alto estrés, haber consumido alcohol o tener un diagnóstico previo de ansiedad y/o depresión se relacionaron con una incidencia mayor.

Sin embargo, los autores advierten que el consumo de paracetamol, a tenor de los resultados, estaría afectando a la neurología prenatal del feto y condicionando la capacidad de regulación tanto de la atención como de los ciclos del sueño en la etapa preescolar.

Lea la nota completa en el portal web El Español 

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