La conexión a Internet se convirtió en la última década en algo fundamental en cualquier hogar, por lo que los repetidores WiFi son una buena solución para ampliar una red inalámbrica, pero para obtener los mejores resultados hay que tener en cuenta una serie de factores.
Con información de Europa Press
Por ello, los expertos de Devolo compartieron un documento en el que ofrecen claves y consejos para colocar un repetidor WiFi de forma óptima y mejorar el rendimiento de la conexión a Internet de cualquier espacio.
En primer lugar, desde Devolo explican cómo funcionan estos repetidores WiFi, que reciben la señal que emite el ‘router’ para amplificarla y emitirla de nuevo. Por este motivo, los repetidores también suelen llamarse ‘amplificadores’.
Un factor crítico para la velocidad y la estabilidad inalámbrica de esta ‘extensión WiFi’ es la calidad de la conexión entre el ‘router’ y el repetidor. Esto significa que el mejor posicionamiento posible es realmente importante para ampliar de forma óptima la conexión.
Recomendaciones
A la hora de elegir una posición para el repetidor el usuario debe tener en cuenta que la ubicación más cercana no es automáticamente la mejor. Por ejemplo, en una casa en la que el despacho está lejos del ‘router’, colocar el repetidor en esa estancia sólo puede hacer que «si finalmente recibe una señal débil, lo que reenvíe sea también una señal débil».
En este ejemplo, la conexión débil entre el ‘router’ y el repetidor reduciría la conexión en línea. El repetidor apenas tendría efecto. Por ello, lo que recomiendan los expertos es colocar el repetidor «más o menos a mitad de camino entre el router y los dispositivos que van a utilizar WiFi». «Esto significa que el repetidor podrá recibir una señal suficientemente fuerte, capaz de extender», detallan.
Además, de ser posible, el repetidor debe estar situado en el centro de la estancia o el pasillo, y no escondido, por ejemplo, en una esquina de la habitación. Las paredes y los muebles disminuyen la capacidad de transmisión y, por tanto, debilitan la señal WiFi.
El hecho de que las paredes y los techos ralentizan la conexión WiFi probablemente no sea una sorpresa para la mayoría de la gente, pero los objetos cotidianos se encuentran también entre los enemigos naturales de las conexiones WiFi estables. Así, los microondas o los accesorios informáticos inalámbricos pueden interferir con el WiFi debido a las ondas de radio.
«Incluso el agua ralentiza las señales, y no tiene por qué ser el agua de un gran acuario en el hogar. Las tuberías de agua, la calefacción por suelo radiante e incluso los floreros y los tendederos con ropa mojada impiden que las habitaciones de abajo tengan una buena recepción WiFi», añade el documento.