Un edulcorante artificial presente en casi 5 mil alimentos y bebidas dietéticas, denominado «aspartamo» ha sido relacionada con un comportamiento parecido a la ansiedad en un estudio de ratones realizado por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Estatal de Florida, Estados Unidos.
Además de producir ansiedad en los ratones que consumieron aspartamo, los efectos se extendieron hasta dos generaciones a partir de los machos expuestos al edulcorante. El estudio se publica en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
Los factores ambientales y la herencia
«Lo que demuestra este estudio es que tenemos que volver la vista atrás a los factores ambientales, porque lo que vemos hoy no es solo lo que ocurre hoy, sino lo que ocurrió hace dos generaciones y quizá incluso más tiempo», ha dicho el coautor Pradeep Bhide, titular de la cátedra Jim and Betty Ann Rodgers Eminent Scholar de Neurociencia del Desarrollo del Departamento de Ciencias Biomédicas.
El estudio se debe, en parte, a investigaciones anteriores del laboratorio de Bhide sobre los efectos transgeneracionales de la nicotina en ratones. La investigación mostró cambios temporales, o epigenéticos, en los espermatozoides de los ratones. A diferencia de los cambios genéticos (mutaciones), los cambios epigenéticos son reversibles y no modifican la secuencia de ADN; sin embargo, pueden cambiar la forma en que el organismo lee una secuencia de ADN. «Estábamos trabajando en los efectos de la nicotina en el mismo tipo de modelo», explica Bhide. «El padre fuma. ¿Qué pasó con los hijos?», añade.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó el aspartamo como edulcorante en 1981. Hoy se producen casi 5.000 toneladas métricas al año. Cuando se consume, el aspartamo se convierte en ácido aspártico, fenilalanina y metanol, todos los cuales pueden tener potentes efectos sobre el sistema nervioso central.