Si no hay un «Tú», no hay un «Yo», ni un «Nosotros»; por Marbella Díaz Wever

El 07 de febrero del año 2021 se publica en USA, el libro «Redimensiónate y exprésalo en Salud», editorial Ediquid, de la Dra. Ilgora C. Pizzolante Teppa, médico egresada de la UCV en el año 1971, especialista en Endocrinología egresada del Hospital Militar Dr. Carlos Arvelo en 1976, Coaching de Vida egresada del International Coaching Group Latinoamérica en 2014 y, Coaching en Salud egresada en la Academia de Coaching y Capacitación Americana en 2019.

¿Quiénes somos, hacia dónde vamos, cómo y con quién queremos ir, qué hacemos, cómo lo hacemos, por qué y para qué lo hacemos?, son algunas de las interrogantes que el individuo se hace en dos quiebres fundamentales de la vida; primero, en la adolescencia, etapa de revuelos y atrapa sueños, muchas veces no obteniendo las respuestas por la propia inmadurez emocional, y segundo, en la adultez o madurez, entrada triunfal de los olivos a nuestras vidas, obteniendo respuestas en función a las experiencias, conocimientos y creencias como reparo de una «obra plena inacabada».

La Dra. Ilgora Pizzolante T.,señala: «El ser humano toma consciencia de lo que está ‘bien’ o ‘mal’ de acuerdo a la narrativa o diálogos internos, al juicio crítico, a los pensamientos, a la toma de decisiones, a la imaginación, a la educación parental, al aprendizaje, a las actitudes, a las creencias, al entendimiento, a la memoria, a las redes de conexiones cognitivas, afectivas y espirituales y en fin de cuentas al abrirse e ir más allá del yo».

Todos de alguna manera queremos ser la mejor versión de nuestros antecesores, una ardua tarea donde se pone de manifiesto la autoestima y el autoconcepto, emergiendo los valores y la moralidad, ésta última, en ocasiones, impidiendo o lesionando nuestra propia felicidad pues está impregnada de una querella hereditaria tatuada de miedos, aquelarre, yugo yoico u ojo de Ra como emblema severo.

Para trascender como seres humanos equilibrados se requiere de un significado amplio de vida donde la libertad interior es primordial, la responsabilidad y los propósitos.

La calidad de nuestros pensamientos y acciones dependen del estilo de vida, como apunta la autora: «Desde hacernos eco de lo más cotidiano: las necesidades básicas según la pirámide de Maslow, en cuya cúspide se encuentra la autorrealización, hasta crear consciencia de la tríada mente-cuerpo-espíritu, descritas en la pirámide de niveles neurológicos de Robert Dilts, donde se explica que el hombre para llegar a la cima debe transitar por peldaños precedentes como el entorno, comportamiento, capacidades, valores y creencias, identidad y espiritualidad al servicio de la humanidad».

El hombre no deja de ser complejo, es un laberinto lleno de misterio que integra en su propio universo, la corporalidad, el psiquismo (cognición), la afectividad (emociones) y la espiritualidad vinculado a una inteligencia superior.

Estamos empapados de energía, desde el ser corpóreo hasta la más mínima célula de nuestra vestidura, somos la corona de la creación. Llenarnos por afuera es llenarnos por dentro o viceversa.

Si no hay un «tú», no hay un «yo» menos un «nosotros», de allí el verdadero sentido de la existencia.

La autora con mucha sensibilidad humana, reflexiona: «La espiritualidad se define como una forma de inteligencia, quienes la manifiestan son personas llenas de fe, confianza, esperanza, oración, agradecimiento y amor».

La línea del «nosotros» pareciera ser delgada y fina, con poca sutileza y desorden en estos tiempos de tanta desesperanza colectiva. Cada día se requiere de muchos «tú» y «yo» iluminados, con profundos sentimientos de solidaridad y confianza desde el alumbramiento hasta el regreso a casa.

La autora nos invita a reflexionar: «¡Somos seres únicos! Las rutinas nos han hecho perder la capacidad de asombro, de maravillarnos de las cosas que parecen pequeñas y realmente no lo son. Honremos nuestros cuerpos, la capacidad de razonamiento y la capacidad de amar, construyamos sobre nuestras fortalezas y ampliemos nuestras destrezas. Alinea, desde tu ser, todas tus facetas, vigila y cuida tus pensamientos, tus creencias y tus valores, desarrolla tus inteligencias y habilidades, gestiona tus emociones, valora tus dimensiones, crece desde tu ser positivo hacia el desarrollo y la plenitud, la armonía, la integración, la paz, el gozo y la felicidad, siente cada una de tus dimensiones y, desde lo más profundo de tu ser, exprésalas en salud».

Redimensiónate y exprésalo en salud…

Es una obra maestra de cómo percatarnos de nuestras cualidades de vida y de la propia esencia que ilumina la faz de la Tierra.

«Concluiremos la obra» a lo largo del camino, nos convertiremos en diseñadores, daremos forma y color a la arcilla más bendecida de la creación divina antes de retornar a la fuente primaria de energía, Dios.

Vuela libre abriendo las alas.

Que la vida no se te torne fría.

Derrama miel y jalea a lo largo de tu vida.

¡Dejad que florezcan las amapolas!