El Alzheimer es un trastorno que se presenta en el cerebro y destruye lentamente la memoria y la capacidad que tienen las personas de pensar. Con el tiempo también elimina la habilidad de realizar tareas sencillas, precisa el Instituto Nacional del Envejecimiento de Estados Unidos.
Cada 21 de septiembre se celebra el Día Mundial del Alzheimer con el objetivo de dar a conocer de qué se trata esta afección y sus consecuencias sociosanitarias.
El instituto de investigación Mayo Clinic indica que los signos tempranos de la enfermedad incluyen el olvido de eventos o conversaciones recientes y con su avance se convierte en un problema grave de la memoria y la pérdida de la capacidad para hacer las tareas cotidianas.
Si bien no existe una estrategia probada para prevenir el Alzheimer, lo que sí hay es evidencia sólida de que los hábitos saludables del estilo de vida. Llevar una buena alimentación, hacer ejercicio y no fumar pueden tener un efecto en la reducción del riesgo de padecer esta enfermedad y otros tipos de demencia.
Los expertos aseguran que si bien se requiere de más investigaciones para determinar las formas específicas de prevenir la enfermedad de Alzheimer, hay algunos aspectos que ayudan a tener buena salud del cerebro, en general, y son los siguientes:
Consejos para reducir el riesgo de sufrir de Alzheimer
- Evitar fumar.
- Controlar los factores de riesgo cardiovascular, incluida la presión arterial alta, el colesterol alto y la diabetes.
- Seguir una alimentación equilibrada, como la dieta mediterránea, que incluya gran cantidad de verduras, frutas y proteína magra, especialmente fuentes proteicas que contengan ácidos grasos omega-3.
- Realizar actividad física y mantenerse socialmente activo, lo cual incluye realizar ejercicio aeróbico.
- Mantener un peso saludable.
- Cuidar la salud mental.
- Usar habilidades de pensamiento (cognitivas), como las habilidades de memoria.
- Tratar la pérdida auditiva.
- Limitar el consumo de bebidas alcohólicas.
¿Cómo tratar la enfermedad?
El Alzheimer no tiene cura y su tratamiento con medicamentos está encaminado a mejorar los síntomas que produce en las diferentes etapas. Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos aseguran que hay medicamentos que puede brindar bienestar, dignidad e independencia a los pacientes por más tiempo, y también ayudar a sus cuidadores.
Explican que la galantamina, la rivastigmina y el donepezilo son inhibidores que se recetan para mejorar los signos de leves a moderados. Estos medicamentos pueden ayudar a reducir o controlar algunos síntomas cognitivos y conductuales, como pérdida de la memoria y problemas con la función del pensamiento.
“Los inhibidores de la colinesterasa evitan la descomposición de la acetilcolina, una sustancia química del cerebro que se cree que es importante para la memoria y el pensamiento. A medida que avanza la enfermedad, el cerebro produce menos acetilcolina y, con el tiempo, estos medicamentos pierden su eficacia”, precisa la mencionada fuente.
Debido a que los inhibidores de la colinesterasa funcionan de manera similar, es posible que cambiar de uno a otro no produzca resultados considerablemente diferentes, pero también es viable que una persona con esta enfermedad responda mejor a uno de los medicamentos que a otro.
El lecanemab y el aducanumab, por su parte, son inmunoterapias aprobadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos para tratar esta afección en una etapa temprana. Estos medicamentos se dirigen a la proteína beta-amiloide para ayudar a reducir las placas amiloides, uno de los cambios cerebrales típicos de esta enfermedad, explican los expertos.