La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda prohibir fumar y vapear en los centros educativos. También, no permitir la venta de nicotina y productos de tabaco cerca de las escuelas con el objetivo de proteger la salud de niños y adolescentes.
Según el organismo, la industria tabaquera ataca implacablemente a los jóvenes con tabaco y productos de nicotina. Debido a esto, nueve de cada 10 fumadores comienzan a fumar antes de los 18 años.
Además, los productos se han hecho más asequibles para niños y adolescentes mediante la venta de cigarrillos de un solo uso y los cigarrillos electrónicos, que normalmente carecen de advertencias sanitarias.
El director de Promoción de la Salud de la Organización Mundial de la Salud, Ruediger Krech, manifestó: “Ya sea sentados en clase, jugando afuera o esperando en la parada del autobús escolar, debemos proteger a los jóvenes del humo mortal de segunda mano y de las emisiones tóxicas de los cigarrillos electrónicos, así como de los anuncios que promocionan estos productos”.
Sin embargo, la OMS considera que hay una escasa aplicación de las leyes antitabaco. Aunque en muchos países está prohibido fumar en los centros educativos, las dificultades para hacerla cumplir pueden hacer que el consumo de tabaco y nicotina sea más accesible para los estudiantes.
Restricción de la venta de nicotina y productos de tabaco
Las políticas libres de nicotina y tabaco ayudan a evitar que los jóvenes empiecen a fumar, crear un alumnado más sano y productivo. Asimismo, protegerlos de las sustancias tóxicas del humo de segunda mano y reducir los residuos de cigarrillos.
Para proteger la salud de las personas, la organización alienta a todos los países a hacer que todos los lugares públicos cerrados estén completamente libres de humo, de conformidad con el artículo 8 del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco.
Por su parte, Andrés Ucrós Maldonado, director de asuntos externos de Relx International, declara: “Una regulación clara que especifique las diferencias técnicas entre los dispositivos alternativos y los cigarrillos tradicionales debería prohibir su venta a menores y obligar a la realización de controles de identidad presenciales y digitales en todos los puntos de venta”.
“Reconocemos la importancia de regular el tipo de publicidad que se utiliza para promocionar estos productos, sin utilizar medidas prohibicionistas extremas que restrinjan a los consumidores adultos la elección de esta alternativa que les ayuda en la transición hacia un consumo de nicotina menos dañino”, concluyó.