Muchos afirman que el cannabis, mejor conocido como marihuana es un excelente estimulante de la creatividad. A lo largo de los años diversos profesionales han asegurado que es una herramienta que aumenta dicha cualidad, desde músicos a literarios, como es el caso de Steve Jobs. No obstante, una nueva investigación sugiere que esto sería un mito.
Con información de El Español
Así lo asegura un trabajo publicado en la revista Journal of Applied Psychology y que ha analizado dicho aspecto en una muestra de 331 habitantes del estado de Washington, donde el uso recreativo del cannabis está permitido desde 2012, para mayores de 21 años y con un límite de posesión de 28,5 gramos de planta.
«El cannabis se legalizó en Washington hace unos años, pero ha sido un tema ignorado para la psicología aplicada», explicaba uno de los autores del estudio, Christopher Barnes, al portal especializado Psypost.
Así pues, junto a sus colegas, decidió comprobar algunos de los efectos cognitivos que tiene esta droga, empezando por ver qué de verdad hay en el tópico de que el consumo de cannabis aumenta la creatividad, dado que, como indica el investigador, esto es algo que ha sido «aceptado socialmente».
Sin embargo, la conclusión del estudio es todo lo contrario. Al parecer, el cannabis no te hará ni más ni menos creativo. Para llegar a ella, el equipo de investigadores realizó dos estudios diferentes. En uno de ellos, los participantes debían enumerar todos los usos que se le podrían dar a un ladrillo. En el otro, tenían que imaginar que estaban trabajando en una empresa de consultoría y generar ideas para aumentar los ingresos de un cliente.
Creatividad autopercibida
Los niveles de creatividad de las respuestas fueron calificados por un equipo de evaluación independiente, a los que les había otorgado una guía unificada para puntuar las ideas, basadas en la utilidad de éstas y en cómo de únicas eran.
El resultado fue que, si bien aquellos que habían consumido 15 minutos antes de la prueba eran más propensos a declararse más felices y alegres y a clasificar sus propias ideas como más creativas, los evaluadores consideraron que sus ideas eran iguales que las del grupo de control [aquellos que no habían consumido antes de la prueba].