La ONG Bullying Sin Fronteras reveló su primer mapa mundial, realizado entre enero de 2021 y febrero de 2022, en el que demuestra la demografía y aumento de casos de acoso escolar. Al menos seis de cada diez niños sufren algún de tipo de acoso y ciberacoso todos los días.
Con información de EFE
Entre 50% y 70% de los estudiantes de Latinoamérica y el Caribe han sido víctimas de algún tipo de acoso escolar, bullying y ciberbullyng, según un documento de Unicef que alerta sobre el aumento de la violencia en los colegios.
Golpes, lesiones con objetos, palabras soeces y hasta abuso sexual están prendiendo las alarmas en países como Colombia, Perú, Paraguay, México y Venezuela y refuerzan la necesidad de la prevención.
Un fenómeno que es reflejo de varios factores: las desigualdades sociales, la violencia intrafamiliar, la intolerancia, la homofobia y la pandemia que hoy imperan en el continente americano.
Para muchos niños, ir a la escuela es un tormento debido al ambiente que los rodea y lo que soportan en silencio por temor a contar lo que les ocurre. A ello hay que añadir la falta de apoyo de los colegios, que en ocasiones optan por minimizar la gravedad de los sucesos.
Señalan que en situaciones de menores con discapacidad o que son inmigrantes, se enfrentan a una fuerte discriminación.
¿Criminales en potencia?
Según Bullying Sin Fronteras, el país donde la situación es más preocupante a nivel mundial es México con 180.000 casos al año, seguido de Estados Unidos, con 160.000 casos totales y donde 6 de cada 10 niños y adolescentes sufren de acoso, especialmente los de ascendencia hispana. En tanto, Colombia ocupa el décimo lugar, con 8.981 casos graves.
Recientes episodios de acoso escolar de gran violencia ocurridos en las ciudades colombianas de Manizales y Bogotá han despertado en este país un debate acerca de si los menores de 14 años que cometen este tipo de acciones pueden ser considerados como sujetos criminales en potencia.
Al respecto, Bernate aseguró que puede llegar a suceder, porque se trata de individuos «que no conocen claramente los límites, que no respetan la integridad física del otro».
Puntualizó que la solución «no es la represión penal» y recuerda el caso de la masacre en la escuela preparatoria de Columbine ocurrida en abril de 1999, a resultas de la cual, los dos muchachos que perpetraron la matanza cumplen cadena perpetua en una cárcel de adultos.
Más que por un centro de detención para adolescentes, el tema debe pasar por «una política pública de prevención, educación y formación”, recalcó.