jueves, marzo 27, 2025
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Centro Policlínico Valencia, ¡Construido sobre rocas!… Sus primeros 25 años; por Marbella Díaz Wever

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Marbella Díaz Wever

“La verdad te hará libre”, expresaba hace más de 2.000 años el más grande de los maestros, Jesús de Nazareth.

Un ángel porteño removió las rocas en el lugar donde fue construido el Centro Policlínico Valencia  (conocido históricamente como Clínica La Viña), para que entrará la luz y salieran las sombras de la historia de sus primeros 25 años de ereguida.

Nos referimos al Dr. Enrico Sabatino H., autor del libro: “Centro Policlínico Valencia, Construido sobre rocas…”, quien recopiló el testimonio fehaciente y las vivencias apuntadas en los libros de actas y distintas Juntas Directivas de sus primeros 25 años.

El Dr. Enrico J. Sabatino Hernández, puertocabellano de nacimiento y eminente profesional de la  Endocrinología, cuenta con 45 años de labor ininterrumpida en la Institución, de los 46 años que tiene en pie dicha infraestructura.

“Construido sobre rocas”, es la voz de hombres vestidos de batas blancas, un tributo donde se rememora la epifanía heroica de los galenos de entonces, quienes bajo juramento Hipocrático, inclinaron sus rostros a favor de la salud como corona de vida.

“Era un 30 de mayo de 1968, a las 8:00p.m, en la ciudad de Valencia, cuando se reunieron en la casa del Dr. Antonio Delgado Mejías, previa convocatoria de la primera Junta Directiva integrada por los Dres. Ignacio Moya Meneses (Anestesiólogo), José Félix Álvarez (Cardiólogo), en su condición de Presidente y Vice-presidente, integrándose posteriormente los Dres. Oscar Perdomo Yanez, Armando Arcay Solá y José M. Silva Bravo”.

Durante los primeros meses de tan compleja entrega, las reuniones se efectuaban en la casa de los distintos médicos, eligiéndose luego el Colegio de Médicos del Estado Carabobo como el asiento para tomar las decisiones pertinentes en lo respectivo a la adquisición del terreno que auspiciara el conocimiento, la sapiencia, los saberes, el servicio al prójimo y a lo largo de los años la tecnología médica.

Cita el Dr. Enrico Sabatino: “El 11 de julio de 1968, se adquiere el terreno de 10.500 m2 en la Urb. La Viña, cuyo costo fue de 30 bolívares el metro cuadrado, pagos que fueron realizados en cuotas con la emisión de algunas letras de cambio por un valor de Bs. 625 y de Bs. 5.000, hasta lograr la licitación del proyecto”.

“El Ing. Ítalo Addimandi del Ministerio de Obras Públicas se encargó de disertar sobre la distribución de los consultorios así como de las características propias de un Hospital General”.

“El 13 de mayo de 1971 el Ing. Antonio Flores se refiere al levantamiento topográfico del terreno y señala que los costos serían elevados pues el lugar era muy rocoso. El proyecto de arquitectura fue encargado a Raúl Gómez (arquitecto) y al Ing. Ariza”.

“Después de sortear varias dificultades se asigna la ejecución de la obra civil a la compañía OBRISA, representada por el Ing. Carlos Rivero Salas y el Ing. Adolfo Gómez Pantoja, en calidad de inspector de la obra”.

“La Junta Directiva no se detuvo a pesar de los inconvenientes para conseguir el capital, solicitando un crédito al Banco Hipotecario del Centro por Bs. 4.000.000 (cuatro millones).

Múltiples asambleas extraordinarias para la obtención de aumentos de capital e incrementar el número de socios de la compañía”.

“Ver finalizada la estructura física del complejo Centro Policlínico Valencia C.A. fue una ardua tarea, llena de contratiempos porque las dificultades se multiplicaban y en algunas ocasiones escaseaban las soluciones”.

«Después de sortear múltiples inconvenientes, se dota la sede de todos los servicios básicos, suministros médicos, y la puesta en servicio del el primer cafetín del Sr. Leonardo Marchese (Dino)».

Todo se hizo de manera transparente y aprobado por la Junta Directiva.

El día 23 de julio de 1976 se inaugura el Centro Policlínico Valencia.

Así abre sus puertas la Clínica La Viña.

El Dr. Enrico Sabatino H., con sumo cuido y exhaustivo estudio, plasma para el recuerdo el anhelado sueño al dejar escrito los acontecimientos veraces, más que poéticos, de la génesis de uno de los centros de salud más prestigiosos del Edo. Carabobo y del país.

Muchos médicos reconocidos a nivel nacional e internacional fueron pilares de tal Institución, otros ya han colgado sus batas pues están en la morada eterna y unos cuantos se han desplazado por el globo terráqueo en estos últimos años producto de la Pandemia y la situación país.

Méritos suficientes para el autor de esta obra pues no sólo ha recopilado los recuerdos de la edificación sino la esencia humana de un gremio abrazado al amor por la ciencia y los derechos de la salud.

Levantar un Centro de Salud no es sólo la prestación de servicios, contar con los equipos y maquillar los espacios, es mucho más que eso, es contar con la vocación de un personal consciente que primero hay que tratar al paciente y luego las enfermedades, por lo que los médicos especialistas ejercen una labor titánica que debe ir ligada a la fe, espiritualidad, esperanza, consuelo y sensibilidad humana, pues cada ser humano habita en el cuerpo de Dios, fuimos hechos a su imagen y semejanza.

Un médico debe poseer no sólo el título académico o conocimiento de su especialidad sino que debe estar curtido de virtudes humanas.

Los pacientes son el corazón de la Institución y sólo se puede tocar ese corazón con amor y respeto.

Cada galeno trae dentro de sí una antorcha para iluminar la vida del prójimo.

El Dr. Enrico Sabatino H., ha enaltecido la fuente primaria donde se sembró una raíz cuya sabia hoy circula en los cuerpos físicos de quienes entregan una orientación, prevención y sanación a quienes van en la búsqueda de mejorar su padecimiento.

Gracias, gracias, gracias, ilustre porteño por esta entrega de amor.

 

Marbella Díaz Wever

Licda. Educación/Orientadora

Locutora UCV – Articulista Opinión RadioWTC

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