Las enfermedades cardiovasculares son unas de las más difíciles de detectar debido a que pasan inadvertidas en varias ocasiones, desarrollándose de forma silenciosa, reseñó 20 minutos.
Actualmente, las enfermedades cardiovasculares, entre las que se incluyen la enfermedad isquémica, la enfermedad valvular, las arritmias y la insuficiencia cardiaca, suponen la primera causa de muerte en todo el mundo.
Se calcula que 17,9 millones de personas mueren cada año de enfermedades cardiovasculares, lo que supone un 32 % de todas las muertes en el mundo. Presentando una mayor letalidad en mujeres que en hombres.
La edad y la raza
Pueden ser inducidas por diversos factores de riesgo, modificables y no modificables. La edad y la raza son los factores de riesgo no modificables más comunes. Los principales factores modificables son la hipertensión, la obesidad, la diabetes, la dislipidemia, y los relacionados con el estilo de vida, como el tabaquismo, la inactividad física y la ingesta de dietas poco saludables que conducen al sobrepeso.
Obesidad y enfermedades cardiovasculares
Existen evidencias que relacionan la nutrición temprana, la dieta materna durante el embarazo, la obesidad materna y la diabetes gestacional (la que puede darse en la madre durante el embarazo) con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares en la descendencia cuando se alcanza la edad adulta. Por otra parte, mantener una alimentación equilibrada durante los primeros años de vida también resulta esencial para disminuir el riesgo de sufrir una patología cardiovascular en el futuro.
Además, se ha demostrado que la obesidad está asociada a una menor riqueza y diversidad del microbioma intestinal, el conjunto de microorganismos que habitan en el tracto intestinal.
También se sabe que estos factores de riesgo modificables son capaces de convertir la obesidad infantil en trastornos metabólicos posteriores durante la adolescencia que pueden perdurar en la edad adulta. En este sentido, la enfermedad del hígado graso no alcohólico (o NAFLD, del inglés non-alcoholic fatty liver disease) se ha convertido en un importante problema de salud pública, con una prevalencia creciente en la población en paralelo a la epidemia mundial de obesidad y de diabetes de tipo 2.
A su vez, las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de muerte en los pacientes con NAFLD avanzado. Al fin y al cabo, estos pacientes sufren a la larga una pérdida de la función normal del corazón, que hace que aumente el grosor y la rigidez de las arterias coronarias.
Fibrilación auricular, la gran desconocida
La fibrilación auricular es la arritmia cardiaca más frecuente, y su incidencia aumenta con la edad. Supone alrededor de un 10 % de los diagnósticos en la población de países desarrollados, pero estas cifras aumentan hasta un 20-40 % cuando los pacientes se someten a cirugía cardiaca.
Aunque esta arritmia puede estar presente sin producir ninguno de sus síntomas clásicos (como las palpitaciones, la sensación de falta de aire o el dolor de pecho), se asocia a un mayor riesgo de ictus (infarto cerebral) o de muerte. Sin embargo, el riesgo de padecer un ictus y sus consecuencias pueden mitigarse controlando los factores de riesgo modificables y con un adecuado tratamiento con anticoagulantes orales.