Marbella Díaz Wever
“El Señor llevó fuera a Abraham, y le dijo:
Ahora mira al cielo y cuenta las estrellas, si te es posible contarlas. Y le dijo: Así será tu descendencia”. (Gn 15, 5).
También en el Nuevo Testamento de las Sagradas Escrituras, la estrella significó la orientación para que los tres Reyes Magos del Oriente llegaran al lugar donde nació Jesús de Nazareth, razón por la cual, la Estrella de Belén simboliza el nacimiento del Hijo de Dios.
Las estrellas hacen referencia al advenimiento, a la bienaventuranza, a la esperanza y la gloria.
Son los únicos astros con luz propia.
La estrella más cercana a la Tierra es el “Sol”, ubicado en el centro del sistema solar, el cual proporciona calor y luz.
El universo está inmerso de estrellas, las cuales titilan en la oscuridad, sirviendo de guía e inspiración para muchos poetas, amantes y soñadores.
¿Puede el hombre contar las estrellas?.
Para Pitágoras, el gran matemático y filósofo, contemplar el universo era observar el cosmos: “Existe el espacio continuo de los cuerpos y por otro lado el vacío de los cuerpos. El destino del hombre consiste en considerarse a sí mismo como una pieza de este universo, descubrir el lugar propio que le está asignado y mantener en sí y en su entorno, la armonía con el orden natural de las cosas”.
En la antigüedad se creía que cada estrella era un alma. Quizás los antiguos tenían razón pues mirar el cielo estrellado es buscar la estrella más brillante e imaginar que allí moran nuestros seres amados que han partido pues han vuelto a su estrella de luz.
¡Cuán hermoso es contemplar el cielo con la fe puesta en Dios!
¿Te has detenido a contar las estrellas?
Perderás la cuenta porque tu mente no podrá alcanzar a contarlas y verás que es imposible enumerar las bendiciones de Dios en nuestras vidas.
Cada estrella tiene una historia, esa que sólo tú y Dios saben, porque Él adornó el universo para recordarte quien hizo los cielos, la Tierra y todo lo que en ella hay.
Observa la bóveda celeste y sigue adelante, a pesar de todo su enigma.
Confiar es mirar y mirar es caminar.
Hay personas que piensan que contar las estrellas genera mal presagio, o que al tratar de contarlas, el hombre se marea, porque pierde el sentido del principio y el fin y, por último, otros señalan, que son infinitas, mientras vas contando por un lado se van muriendo por el otro.
Contar estrellas es como contar la arena que está a la orilla del mar.
¿Podrá algún día el hombre saber la cantidad de estrellas que brillan en el vasto universo?
Hay diferentes tipos de estrellas, la de “Cinco Puntas”, que representa el símbolo sagrado de la armonía del cuerpo y el espíritu, relación perfecta de salud física, energética y espiritual del hombre. También conocida con el nombre de pentagrama invertido, siendo para los hebreos la comunión de la verdad y la relación con el Padre.
La “Estrella de David”, emblema del judaísmo, alegoría de la paz y el equilibrio, utilizada a veces como escudo protector.
La “Estrella Polar”, la más cercana al eje de la Tierra, indicándonos el verdadero norte.
En fin, cuando termines de contar las estrellas entenderás que la vida no se ve igual de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba.
Torbellino de estrellas, ¿qué secretos escondes? Ellas parecieran tener personalidad propia pues hacen florecer nuestras emociones y anidar sentimientos.
Elevo mi mirada al cielo, buscando una estrella que alumbre y destelle fulgor, detallo unas cuantas agrupadas en forma de rosario.
A pocos días de conmemorar la Pascua, vale la pena mirar el cielo y agradecer porque el Hijo de Dios resucitó.
Somos forasteros en este plano terrenal, miremos hacia lo alto y recordemos que el Universo tiene todo para los hijos predilectos de Dios.
Peregrino no olvides de contar estrellas, esas son las verdaderas luces que nos enmudecen el alma, son la calma en medio de la tragedia y el calor en medio del frío nocturnal.
Pitágoras, decía: “Las estrellas en el cielo tocan la música y nosotros tenemos oídos para oírla”.