Con relativa frecuencia las autoridades sanitarias y los profesionales médicos les piden a los ciudadanos consumir alimentos saludables, con el fin de evitar que se incrementen sus niveles de colesterol en la sangre.
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No es para menos, pues la evidencia científica muestra que esta sustancia podría incrementar el riesgo de padecer algunas enfermedades que afectan la salud del corazón.
“Con el colesterol alto, es posible que se te formen depósitos grasos en los vasos sanguíneos. Con el tiempo, estos depósitos crecen y hacen que sea más difícil que fluya suficiente sangre a través de las arterias. A veces, esos depósitos pueden romperse de repente y formar un coágulo que causa un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular”, señala la Clínica Mayo, una institución médica de Estados Unidos.
Según índica esa fuente, algunas personas pueden ser más proclives a los niveles altos de colesterol, debido a factores genéticos.
No obstante, advierte que en la mayoría de los casos esto sucede a raíz de que los pacientes escogen un estilo de vida “poco saludable”, lo cual implica que es una condición prevenible que puede tratarse.
Entre otras medidas que se pueden implementar, la Clínica Mayo sostiene que es clave hacer ejercicio con frecuencia, evitar fumar, no tomar alcohol en exceso y, sobre todo, mantener una dieta saludable.
“Los cambios de estilo de vida saludable para el corazón que pueden reducir el colesterol son los mismos que los que pueden ayudar a que no tengas colesterol alto, en primer lugar”, detalla la institución médica.
“Comer demasiada grasa saturada o grasas trans puede dar lugar a niveles de colesterol poco sanos. Las grasas saturadas se encuentran en cortes de carne grasos y productos lácteos no descremados. Las grasas trans por lo general se encuentran en refrigerios empaquetados o postres”, concluye la Clínica Mayo.