A menudo diversas situaciones estresantes pueden hacer perder la concentración de una persona y ello puede ser una causa de su poca productividad durante su jornada laboral. Frustrado, estresado y sin motivación no encuentra solución para mejorar su eficiencia.
Es importante encontrar una forma de cumplir con esas exigencias que suponga el menor compromiso posible para la salud física, cognitiva y mental, evitando así problemas como el síndrome del trabajador quemado.
El medio 20 minutos repasa algunos trucos propuestos por el neurólogo Paul Zak, director del Centro de Estudios Neuroeconómicos de la Universidad de Grados Claremont (Estados Unidos).
Actividad física
La actividad física es, simplemente, el factor más importante en el correcto funcionamiento neurológico. Hacerlo al comienzo del día, además, reporta grandes beneficios: eleva la frecuencia cardíaca y oxigena el cerebro, con lo que mejora la concentración y la resolución de problemas.
Meditación
Otro de los grandes enemigos del rendimiento óptimo y de la concentración es el estrés, por lo que se vuelve vital conocer estrategias eficaces parea combatirlo. Una de ellas es la meditación, cuyos beneficios en este sentido están de sobra comprobados.
Comienza por las tareas críticas
Zak argumenta que a menudo los niveles de alerta son mayores en horas tempranas, pero que sin embargo es muy común ocupar esta franja con rutinas matutinas y reuniones organizacionales. Por ello, aconseja emplear los primeros 90 minutos en las tareas más importantes del día.
Divide la actividad en bloques de 20 minutos
Al cerebro humano le cuesta mantener la atención fija en algo durante periodos prolongados de tiempo, por lo que es preferible intentar dividir los trabajos en bloques de 20 minutos. Al acabar cada uno, es beneficioso cambiar de tarea o tomarse un pequeño descanso.
Date descansos
Permitir que el cerebro descanse es fundamental para evitar la saturación y mejorar el rendimiento. Zak opina que la duración ideal es de 10 minutos, pero que incluso dejar de mirar la pantalla durante un minuto (y levantar las piernas para que el flujo de sangre se desvíe a la cabeza) resulta beneficioso.
Ten reuniones en movimiento
Andar durante las reuniones no sólo estimula la circulación y la frecuencia cardíaca, sino que además, al acomodarnos menos que estando sentados, nos impulsa a centrarnos en los aspectos importantes y no perder tiempo con minucias.