A todos nos encanta aprovechar las vacaciones de verano para disfrutar de la playa, hacer excursiones por la montaña y pasar más tiempo al aire libre. Pero en estos meses de verano, las radiaciones solares son más intensas y pueden representar un peligro para nuestra piel y nuestra salud si no tomamos las debidas precauciones. Por eso, cuando llega este periodo tenemos que convertir en habitual la práctica de ponernos cremas protectoras solares.
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Existen diferentes tipos de cremas protectoras, con diferentes factores de protección que nos pueden servir para cada caso. Si vamos a pasar un día a la playa podemos usar un tipo de protector más elevado, y si solo vamos a dar un paseo quizás podemos optar por cremas más suaves.
Existe una creencia popular bastante extendida sobre que aparecen manchas faciales como consecuencia del uso de cremas solares y, en concreto, con las que tienen con color, el llamado fotomaquillaje. Pero ¿qué hay de cierto en ello?
Según explica a Europa Press Tania Salas, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), y especialista de la Unidad de Dermatología del Centro Creciendo en Alicante, en realidad las manchas faciales aparecen por la exposición al sol, no por utilizar un protector solar con color.
La melanina, origen de las manchas
Una exposición excesiva al sol genera una gran producción de melanina. La melanina es el pigmento natural que determina el color de la piel y se segrega por el organismo para proteger la piel de los rayos UV, que son los responsables del bronceado.
Así pues, es esta sobre exposición a las radiaciones que dispara la producción de melanina y provoca manchas en la piel. Se conocen como lentigos solares y son unas pequeñas manchas que aparecen en formas redondas y planas de diferentes tamaños.
Generalmente, las personas que realizan tareas en el exterior, como los obreros de la construcción o los marineros, las desarrollan mucho antes que el resto de las personas.
La especialista recuerda que para estar bien protegidos del sol debemos aplicarnos la cantidad adecuada de protector solar, además de comprar productos con garantías. «Así evitaremos la aparición de manchas y el envejecimiento prematuro de nuestra piel», resalta la experta de la AEDV.
Salas reitera la importancia de aportar siempre la cobertura necesaria de crema con el fotomaquillaje para poder lograr una protección real frente a los rayos solares. «Ése es el punto a tener más en cuenta cuando decidamos utilizar un fotomaquillaje. Para evitar no protegernos lo suficiente, una alternativa es utilizar un protector solar sin color y después aplicar el fotomaquillaje», agrega.
Al mismo tiempo, la especialista de la Unidad de Dermatología del Centro Creciendo en Alicante, la doctora Tania Salas, señala que es fundamental a la hora de proteger a nuestra piel de la exposición solar el recordar que todos los protectores solares, con o sin color, debemos reaplicarlos cada dos horas aproximadamente.
«Creo que debemos quedarnos con un mensaje: el fotomaquillaje es un buen producto que nos permite dar un toque de color a nuestra piel, además de protegernos del sol, pero sin olvidar que debemos aplicarlo correctamente y las veces necesarias para que cumpla bien su función», sentencia la doctora Salas.