lunes, abril 28, 2025
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Este es el estudio neurológico que explica cómo se genera el placer y cómo estimularlo

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Durante años, el profesor de psicología y neurociencia en la Universidad de Michigan, en Estados Unidos, Kent Berridge ha investigado cómo se genera el placer, cuáles son sus bases neuronales del deseo y gusto o por qué causa adicciones en algunos casos.

Y es que  como buen científico, Berridge descubrió que algunas de sus ideas sobre el cerebro estaban equivocadas y eso lo ha hecho feliz.

«He aprendido que muchas de esas decepciones pueden ser muy gratificantes cuando el cerebro susurra sus secretos y nos sorprende».

Esas investigaciones han permitido entender mucho mejor y tratar condiciones como el parkinson, algunos tipos de esquizofrenia y la depresión.

Uno de los focos de sus estudios más recientes sobre el placer ha sido la sorpresiva diferencia que existe en el cerebro entre gustar y desear.

El científico se interesó en este campo un día que estaba en la escuela secundaria y leyó un libro que tuvo un profundo impacto en su vida: «El Imperativo Territorial» de Rebert Ardrey.

De ahí surgió su curiosidad por entender la relación entre la psicología, el cerebro y la evolución humana, que finalmente lo llevó a especializarse en los misteriosos recovecos de nuestra especie.

En una entrevista concedida al medio británico, BBC nos cuenta qué nos enseña el cerebro sobre el placer.

¿Cómo se genera el placer en nuestro cerebro y qué tan determinante es en la manera en que experimentamos el placer?

El placer de una experiencia siempre se origina en el cerebro. Hay ciertas llaves que abren la cerradura del placer, como el sabor de lo dulce, que es algo placentero para muchas personas desde el momento que nacen.

Pero también es posible crear un aprendizaje relacionado con una aversión a esa experiencia, si nos hace sentir náuseas y nos parece que lo dulce es repulsivo.

De la misma manera, el sabor amargo suele ser naturalmente poco placentero, pero es posible aprender a disfrutarlo. La gente aprende a abrir estos bloqueos de placer en el cerebro.

¿Cuánto es biológico y cuánto es aprendido socialmente?

En el caso de los placeres sensoriales claramente se originan en el cerebro. Sabemos que hay ciertos puntos en el cerebro que son generadores de placer.

Se trata de una media docena de pequeñas áreas en el cerebro que cuando se interconectan, actúan como un solo grupo para activar placeres intensos.

Y estos puntos del cerebro que generan placer utilizan ciertos neuroquímicos naturales como opioides o versiones naturales de la heroína o la marihuana para estimular el cerebro y generar esos placeres intensos. Los llamamos los puntos calientes hedónicos.

Para otros tipos de placeres, como el placer de ver a alguien que queremos o experimentar placer con el arte o al escuchar música es distinto.

Si me lo hubieras preguntado hace 20 años, te habría dicho que esos placeres culturales aprendidos funcionan con un sistema cerebral completamente distinto comparado con los placeres sensoriales.

La evidencia nos ha mostrado que son las mismas zonas del cerebro las que generan placeres sensoriales o placeres aprendidos culturalmente.

Lea la nota completa en el portal web BBC 

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