Años y años el ser humano ha estado en la creencia de que la herencia genética determina factores importantes en su salud, a tal punto que puede incidir en características muy marcadas en su organismo y cualidades físicas, así como también habilidades.
Aunque parte de ello está en lo cierto, en realidad la creencia para los investigadores quedó obsoleta, de acuerdo con el medio 20 minutos. Existe una serie de marcas químicas que, unidas a secciones clave de la secuencia genética, no sólo afectan a la manera en la que los genes se leen sino que pueden cambiar en función de factores ambientales. Y no sólo eso, sino que podrían transmitirse de una generación a la siguiente.
Bautizado como herencia epigenética transgeneracional, esta podría ser una ruta por la que la salud, el estilo de vida o incluso el ambiente en el que se criaron dos personas condicionan el desarrollo y la salud de sus descendientes a través de las generaciones.
Experimentos con gusanos
Con el fin de arrojar luz sobre ellos, un equipo de investigadores decidió analizar en nematodos (gusanos) si las modificaciones realizadas artificialmente en estas marcas epigenéticas se transmitían a la descendencia a través de los gametos (células sexuales).
Así, tal y como detallan en un artículo publicado en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), concretamente los investigadores eliminaron selectivamente en gametos de C. elegans (especie de nematodo usada en el experimento) un serie de marcas epigenéticas en histonas (una histona es una proteína alrededor de la cual se enrolla el ADN, que es una molécula muy larga, de manera que quepa en el núcleo de la célula) que hacen que el ADN se enrosque más densamente, haciendo imposible la lectura y la expresión de ese gen. A continuación, fertilizaron óvulos con el esperma modificado.
Analizando los niveles de actividad de los genes afectados por esos cambios en los descendientes, encontraron que algunos (no todos) de ellos se habían activado, lo que significa que ciertas marcas epigenéticas se conservaron tras la fertilización.