Marbella Díaz Wever
El peine es un utensilio conocido para desenredar o alisar el cabello.
Hay una creencia que peinarse mucho el cabello en la noche lo hace crecer rápidamente para convertirse en una Rapunzel.
Sin embargo, hay mujeres que no son amigas del peine y prefieren vivir despeinadas pero felices.
La pequeña pero gran Mafalda, fiel a su amor propio y valiente coraje, es una de ellas.
Mafalda es una criatura guerrera creada por el gran humorista gráfico argentino, Joaquín Salvador Lavado, bajo el seudónimo de Quino, quien a través de su ingenio dio vida a un “personaje comics” difundido en sus cuadritos blanco y negro, motivando con su humor e ironía, mensajes de amistad, paz y derechos humanos.
Mafalda es el prototipo de una niña de clase media argentina, llena de juventud, carisma y mucha rebeldía. Se hizo famosa a lo largo y ancho del planeta, cautivando a muchas generaciones con su personalidad libertaria, su inocencia, sus ocurrencias disparatadas, su inconformismo, su lucha por ideales progresistas y su cara al viento.
Pudiera decirse que Mafalda es una revolucionaria despeinada, quien desde su corta edad y sentada en una sillita, emite manifiestos a favor de las etnias, del aturdido mundo de los adultos y de una humanidad sin cuartel.
El nombre de Mafalda fue tomado del filme “Dar la cara” (1962), basado en la novela homónima de David Viñas, donde hay un bebé que lleva ese nombre, el cual entusiasmó a Quino.
A su corta edad, Mafalda retumba los oídos de muchos “caballeros” con su CÓDIGO CIVIL FEMENINO:
Art. 1: El hombre que mucho se ausenta, pronto deja de hacer falta.
Art. 2: Si él no la quiere, usted tiene de sobra quien la quiera.
Art. 3: Solteras si, solas jamás!!!
Art. 4: ¿Príncipe Azul?, No amiga… Es mejor el lobo feroz que te ve mejor, te oye mejor y te come mejor!!!
Art. 5: Mujeres, mientras llega el indicado, disfrutemos al equivocado.
(Mafalda).
¿Quién puede refutarle a esta niña precoz, visionaria, objetiva y casi extraterrestre?
Mafalda es directa, espontánea, llana, sin muchos prejuicios y con un corazón que muchos desearían tener.
Ella, comenta: “Mi psiquiatra me sigue en Facebook y me va ajustando la medicación… A medida que me lee”.
No se crean, a ella le estresa la injusticia, la guerra, las armas nucleares, el racismo, las absurdas convenciones de adultos, el bla-bla-bla político, la violencia, que le pregunten si quiere más a su papá o a su mamá, el calor y la sopa.
Muchas veces le han descosido la piel y le han carcomido su corazón, razón por la que no entiende cómo a medio mundo le gustan más los perros y hasta el día de hoy nadie sabe ¿qué quiere decir “Guau-Guau”?.
Ella grita a los cuatro vientos: “No ando despeinada sino que mis cabellos tienen libertad de expresión”.
Irreverente y preocupada, cuestiona la sociedad sin capacidad de comunicación e intercambio de ideas así como el enojo constante del ser humano.
Razón por la cual escribió este bello poema:
“Hoy he aprendido que hay que dejar que la vida te despeine, por eso he decidido disfrutar la vida con mayor intensidad.
El mundo está loco… Definitivamente loco…
Lo rico, engorda. Lo lindo, sale caro. El sol que ilumina tu rostro, arruga.
Y lo realmente bueno de esta vida, despeina.
Hacer el amor, despeina.
Reírte a carcajadas, despeina.
Viajar, volar, correr, meterte en el mar, despeina.
Quitarte la ropa, despeina.
Besar a la persona que amas, despeina.
Jugar, despeina.
Cantar hasta que te quedes sin aire, despeina.
Bailar hasta que dudes si fue buena idea ponerte tacones altos esa noche, te deja el pelo irreconocible…
Así que como siempre cada vez que nos veamos yo voy a estar con el cabello despeinado…
Sin embargo, no tengas duda de que estaré pasando por el momento más feliz de mi vida.
Es ley de vida: siempre va a estar más despeinada la mujer que elija ir en el primer carrito de la montaña rusa, que la que elija no subirse.
Puede ser que me sienta tentada a ser una mujer impecable, peinada y planchadita por dentro y por fuera.
El aviso clasificado de este mundo exige buena presencia: péinate, ponte, sácate, cómprate, corre, adelgaza, come sano, camina derechita, ponte seria.
Y, quizá, debería seguir las instrucciones pero, ¿cuándo me van a dar la orden de ser feliz?
Acaso no se dan cuenta que para lucir linda, me debo de sentir linda…
¡La persona más linda que puedo ser!
Lo único que realmente importa es que al mirarme al espejo, vea a la mujer que debo ser.
Por eso mi recomendación a todas las mujeres:
Entrégate, Come rico, Besa, Abraza, Haz el amor, Baila, Enamórate, Relájate, Viaja, Salta, Acuéstate tarde, Levántate temprano, Corre, Vuela, Canta, Ponte linda, Ponte cómoda, Admira el paisaje, Disfruta,
y sobre todo, deja que la vida te despeine!!!!
Lo peor que puede pasarte es que, sonriendo frente al espejo, te tengas que volver a peinar”. (Mafalda).
El personaje de Mafalda nace el 15 de marzo de 1962, su ilustrador nunca mencionó su apellido, aunque lo asomó con una letra M. La tira cómica se publica en 1964.
Su álbum familiar está conformado por un padre, del que nunca se supo el nombre, su madre Raquel, su hermano menor Guille, acompañados de una mascota llamada Burocracia, calificativo a su lentitud para todo, así como de sus amigos cómplices: Felipe, Manolito, Susanita y Libertad.
Mafalda siempre estuvo a la par de grandes acontecimientos a nivel mundial: la Guerra Fría, la creación de la ONU y las dictaduras de algunos países.
Ella ha alzado su voz ante el comunismo
llegando a convertirse en guerrillera para lograr sus objetivos.
Apasionada de los Beatles, jugar ajedrez, escuchar noticias, ver la tele y creer en los Reyes Magos.
Segura estoy se necesitan millones de personajes como Mafalda, que defiendan, valoren y den el ejemplo en la preservación de la dignidad de los seres humanos.
Mafalda quisiera tenerte aquí cerquita y tomarnos un chocolate caliente, serás una gran terapeuta cuando te gradúes, eres aliciente para muchas, no hay duda que al leerte nos haces sentir libre de ataduras.
Ella sonríe y afirma: “¡Algunas personas critican tu vida como si la de ellos fuera un ejemplo!”.
Pequeña, gracias por esta cátedra de luz y de amor, pues la vida es una. Debemos asumir, enfrentar y luchar por lo verdadero y si nos descosen nos volvemos a coser, a fin de cuenta la aguja está unida al hilo para crear el mejor traje.
Eres de las mías chiquilla. Despeinada.