La salud bucal no figura como prioridad en la agenda de mucha gente. Para muchos, un dolor de muela es un recordatorio imprevisto y casi siempre postergado para ir al odontólogo, necesidad que desaparece tras ingerir un par de antibióticos o analgésicos. Tampoco las políticas públicas de salud contemplan planes preventivos y poco o nada de atención para asistir a las comunidades más vulnerables.
Con información de Tal Cual
Cuando Elizabeth Medina llegó al Centro de Especialidades Odontológicas de El Llanito a las 5 de la mañana, luego de tres semanas con un dolor de muela que no la dejaba comer ni dormir, delante de ella ya hacían fila en el lugar 34 personas a la intemperie.
«Fui a algunos odontólogos, pero la consulta salía en $20 o $25 y las extracciones no bajaban de $30. En varios CDI (Centro de Diagnóstico Integral ) no estaban atendiendo porque los aparatos no servían o no tenían especialistas, tampoco había agua o electricidad», comenta Medina y asegura que estuvo «a punto de agarrar un alicate para sacarme la muela».
Cuenta que «toda la vida» ha sufrido de dolores de muela y siempre se las ha tenido que sacar, por eso solo tiene cuatro piezas dentales, de las que también quiere deshacerse para usar prótesis y poner fin al suplicio.
«Las pérdidas de piezas dentales ocasionan otros problemas. Si se extraen de abajo, las de arriba bajan pudiendo provocar un desplazamiento de la dentadura que perjudique la oclusión (alineamiento superficial de las piezas de arriba y abajo) y al adquirir movilidad pueden terminar cayéndose», asegura Jesús Mendoza, estudiante del último año de odontología de la Universidad Central de Venezuela.
Con relación a la higiene en niños, existe la creencia errada de que «los dientes de leche no importan porque se van a mudar». Por eso, muchos padres no inculcan hábitos de higiene bucal en los niños y varias piezas terminan cariadas y extraídas antes de tiempo.
«Los padres deben enseñar a los niños a tener su cepillo individual y a cepillarse tres veces al día. También deben evitar darles dulces ya que, aunado a una higiene deficiente o inexistente, proliferan las caries», destaca Mendoza.
También se recomienda una visita anual al odontólogo y añade que actualmente no existe un programa preventivo en las comunidades que les enseñe a fortalecer buenos hábitos de higiene bucal.
Otro punto importante es evitar la limpieza con productos no aptos ni aprobados para la higiene dental. «Debido a la falta de recursos y de educación básica dental, muchas personas optan por lavarse los dientes con jabón azul, sal y hasta bicarbonato de sodio, lo que daña las encías. Muchas familias comparten un cepillo para todos y esto va en contra de toda práctica apropiada y saludable de la higiene bucal», apunta Mendoza.
Soluciones costosas
«Las prótesis no son nada económicas. Dependiendo del tipo y del material los precios oscilan entre $50 y $1000. La más barata es el acrílico que sale en $50. La dentadura removible que se fija con ganchos de metal cuesta al menos $100, mientras que las prótesis fijas de porcelana, cerámica sale en más de $200. Por último, un implante que lleva tornillo cuesta al menos $1.000”, detalla Luis Peña, dedicado al oficio de prótesis dental.
Waleska Martínez, del servicio de odontología de La Cruz Roja, destaca que las caries y las enfermedades periodontales (Gingivitis, periodontitis) son las patologías más comunes entre los pacientes.
Respecto al daño que ocasiona la falta de higiene correcta en los niños, explica que «al perder la estructura dentaria y tener caries, les crea molestias al comer, porque les duele masticar y esto afecta el desarrollo de su crecimiento, porque no adquieren los nutrientes necesarios para su desarrollo».