sábado, marzo 15, 2025
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No podrán cortarle las alas al vampiro; por Richard Navarro

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Cuando la revolución empezó a transitar estos caminos de izquierda, ya la venían rodeando una cantidad de desclasados, independientemente de la condición partidista que tuvieran y hoy se mantienen con la misma conjura de división, evitando que se consolide la unión; confundidos a pesar de los esfuerzos que se han hecho con todo tipo de llamados y consignas.
Ahora montados y arrastrados por las contradicciones con un guión externo y la teoria de Maquiavelo «Divide y Venceras» buscan la forma de ubicarse en algún lugar de la disyuntiva que les permita sobrevivir, como estar con Dios y con el diablo.
¡Qué es y en que parte de la revolución estamos! Porque al parecer nos perdimos, buscando establecer posición.
Unos recién llegados, otros de viejas mañas y de moral bajo lupa, algunos infiltrados, arrastraron vicios y se apoderaron de criterios para etiquetar e impusieron el facilismo como convicción; calificando con juicios personales para señalar de qué lado está el leal o el traidor o viceversa.
Mientras tanto la PATRIA Carabobeña espera por el accionar de un PUEBLO trasnochado que no ha pegado los ojos, desde que apareció la traición; porque sabe que si no está el juicio revolucionario, ser leal o traidor es lo mismo y se está amenazado por indefinidos que no tienen convicción para determinar que son; esperan por «líderes» que ayuden a clarificar; porqué se perdió la línea señalada.
Quien persigue, en este caso acusa y el acusado resiste.
En la desesperación de la contradicción, hay traidores, con ansias de poder que ven la revolucion para hacerse de unos reales, pareciendo que son leales y los leales acusados de traidores y viceversa; no se sabe quién es quién; los dos lados tienen bemoles.
Los confundidos, que no tienen nada que ver con las desviaciones de los que juegan sucio y cuestionan, están esperando que se aclare quienes son estos y determinar aquellos para empezar a luchar y saber dónde estamos para ayudar a enderezar el entuerto.
No es fácil con tantas contradicciones: direccionar un camino claro, como debería ser el señalado de bienestar para el vivir viviendo, porque se trata de trabajar, transformar, potenciar la región, como en efecto lo es ahora Carabobo, referencia de gestión.
No hay duda que la clasificación no está fácil y los que dicen que son entran en duda ante un PUEBLO necesitado de reconocer quién es quién, para poder avanzar a la consolidación del sueño Bolivariano.
Los leales que se sabe son traidores y los traidores que parecen leales; obligan a que el PUEBLO trate de adivinarlos y produce cansancio, pareciera que es un afán de pretender querer cortarle las alas al Vampiro y no saben que esta vez como en maniobras anteriores saldrán con las tablas en la cabeza. El Vampiro tiene la fuerza, y como hace 201 años saldra victorioso de esta y otras batallas, es un juego que se hace difícil para el común que paga las consecuencias de la inconsistencia de un «liderazgo» que no entiende lo que significa, PATRIA O MUERTE, VENCEREMOS!
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