El celular se ha convertido en una extensión del cuerpo humano, por la sencilla razón de que este dispositivo tecnológico ha impactado en la forma en la que las personas se comunican en la era digital actual.
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Es muy común ver que los usuarios mantienen una estrecha relación con su teléfono inteligente y lo llevan consigo en casi todo momento, incluso cuando es hora de dormir.
Este es uno de los hábitos más comunes en las personas, debido a que nace la necesidad de estar en constante comunicación con su entorno, buscar formas de entretenimiento y, así mismo, estar informados sobre lo que pasa en el mundo.
Sin embargo, se deben destacar algunos riesgos que esta práctica puede tener para su salud y para el rendimiento de su celular.
Por comodidad, algunos usuarios, cuando dejan de utilizar el móvil, lo ubican debajo de la almohada para tenerlo cerca de su alcance o escuchar fácilmente alguna notificación importante. Sin embargo, esto es sumamente peligroso porque los dispositivos electrónicos generan calor cuando están en uso o reposo.
De tal manera, la almohada puede bloquear la disipación del calor y aumentar el riesgo de sobrecalentamiento, dañando así componentes internos relevantes como la batería.
Este sobrecalentamiento puede aumentar el riesgo de que su teléfono se incendie o explote, especialmente si la batería está dañada. Cabe recordar que este elemento es fundamental para que el móvil funcione correctamente.
Por esta razón, los buenos hábitos prolongan la vital útil del equipo; de lo contrario, va a presentar fallas antes del tiempo estimado por la marca fabricante.
Por otra parte, la hora de descanso debe estar libre de pantallas y dispositivos que puedan afectar la calidad del sueño, ya que esto más adelante podría intervenir en su productividad del día a día.