viernes, marzo 14, 2025
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¿Qué ocurre en el cerebro humano cuando procrastinamos?

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Hay dos palabras que están más presentes en nuestras vidas de lo que en realidad creemos, “diferir” y “aplazar” son términos que con frecuencia lo aplicamos a nuestra rutina, debido a que tendemos a dejar para después ciertas responsabilidades que tal vez en el momento no nos apetece hacerlas, huimos u otras razones, pero ¿Qué ocurre en el cerebro humano una vez que decimos procrastinar? El portal web 20 minutos te lo explica.

Un reportaje del medio especializado en salud Medical News Today ha querido arrojar luz sobre los motivos por los que procrastinamos. En el cerebro está la clave y se requiere de fuerza de voluntad para corregir este mal hábito.

Esto es lo que ocurre en el cerebro cuando procrastinamos

Tal y como señala al medio americano la psicoterapeuta Sharon Greene, el detonante de la procrastinación es la lucha entre el sistema límbico y la corteza prefrontal del cerebro: “El sistema límbico es una parte más mayor del cerebro que es automática y busca placer, así como evitar las cosas que causan aflicción. Por su parte, la corteza prefrontal es una parte más nueva que ayuda a planificar, tomar decisiones y a alcanzar metas a largo plazo. Todos sufrimos en alguna ocasión procrastinación debido al conflicto entre estas dos estructuras de nuestro cerebro”.

Asimismo, un estudio del Departamento de Psiquiatría del Harvard Medical School (Boston), desveló que los procrastinadores habituales tienen una menor conexión con la corteza cingulada anterior, parte del cerebro que asimila información y que está implicada en la toma de decisiones. Además, esta sección cerebral está directamente relacionada con el control cognitivo, según un estudio publicado en la revista Nature Human Behavior.

¿Disminuye la procrastinación a medida que cumplimos años?

La respuesta a esta pregunta es compleja. No obstante, la investigación de Anna Rodríguez y Mercè Clariana (Universidad Autónoma de Barcelona) sobre la procrastinación de los estudiantes universitarios muestra que la edad es un factor clave. De hecho, el estudio señala que en la etapa universitaria la procrastinación solo depende de la edad, en ningún caso del curso académico que se está estudiando.

“Se ha analizado el efecto de la edad sobre la demora académica y los resultados muestran que los alumnos menores de 25 años procrastinan significativamente más que los alumnos de mayor edad”, explican.

Además, las autoras hacen hincapié en el papel de la corteza prefrontal, sobre todo a edades tempranas. En el caso de los adolescentes, por ejemplo, esta parte del cerebro aún se encuentra en proceso de maduración, por lo que es más habitual que procrastinen.

 

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