Cuando la enfermedad del Sida se propagó, el mundo se escandalizó, tenerla para ese momento era sinónimo de una muerte segura. Sin embargo, la tecnología desde aquella vez ha dado grandes pasos que han sido significativos para asegurar una vida más longeva de estos pacientes.
Con información de BBC
Ese es el mensaje más esperanzador de quienes trabajan en la lucha contra el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
Desde que se registraran los primeros casos en la década de los 80, más de 40 millones de personas han fallecido por causas relacionadas con el VIH y la fase más avanzada de la infección que provoca, el síndrome de la inmunodeficiencia adquirida (sida).
Solo el año pasado se cobró 450.000 vidas y 1,5 millones contrajeron el virus, según cálculos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El organismo estima que 38,4 millones viven con VIH, más de dos tercios en África.
Aunque gracias al diagnóstico temprano y al cada vez más extendido acceso a medicamentos, en muchas partes del mundo se ha vuelto un problema de salud crónico tratable. Incluso hay países que están cerca de eliminarlo.
«Llevamos 40 años investigando, y aunque no tenemos una vacuna, sí se han hecho desarrollos importantes para combatirlo, tratarlo y mejorar la vida de quienes lo tienen», le dice a BBC Mundo David Goodman-Meza, profesor de la Escuela de Medicina David Geffen de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) especializado en la investigación del tema.
Este 1 de diciembre, Día Mundial de la Lucha contra el Sida, te contamos cuáles son los tres avances más prometedores.
1. Antirretrovirales más eficaces (y cómodos)
El VIH ataca el sistema inmunitario y debilita las defensas contra muchas infecciones y determinados tipos de cáncer que las personas con un sistema inmunitario más fuerte pueden combatir más fácilmente.
A esto se le puede hacer frente con terapia antirretrovírica o TAR.
De hecho, desde 2016 la OMS recomienda proporcionar TAR de por vida a todos aquellos que tengan VIH, incluidos los niños, los adolescentes y las mujeres embarazadas con independencia de su estado clínico.
Como consecuencia, el año pasado había en el mundo 28,7 millones de personas infectadas por el VIH en tratamiento con antirretrovíricos.
Esta combinación de fármacos no cura la infección, pero inhibe la replicación del virus en el organismo y permite que el sistema inmunitario recobre fuerza.
«Además, lo que hemos aprendido en los últimos años es que un tratamiento eficaz reduce el riesgo de transmisión en un 100%», le dice a BBC Mundo Ayako Miyashita, de los Centros de Investigación de Políticas de VIH/Sida de California (CHPRC, por sus siglas en inglés).
«Cuando una persona tiene una carga viral indetectable no le puede transmitir el VIH a nadie», prosigue. «Y ese es un elemento vital, no solo para combatir la enfermedad sino el estigma asociado a ella».